El mejor maestro del mundo: un keniata que dona su salario para combatir la pobreza

Peter Tabichi tiene 36 años y es profesor de física y matemáticas en Kenia, además de ser cura franciscano. Aunque no siempre luce la túnica típica de su orden, sí lleva una vida religiosa centrada en la pobreza y la caridad.

Debido a al corazón que le pone a su profesión fue consagrado como el mejor maestro del mundo con el Global Teacher Prize, un premio que busca destacar la labor de los maestros del mundo con un reconocimiento monetario de 1 millón de dólares. Las razones de su elección: su dedicación, trabajo arduo y fe en el talento de sus estudiantes.

Las capacidades del docente permitieron a su escuela, en un área rural y con pocos recursos, ganar el Premio a la Mejor Escuela en las Competencias Nacionales de Ciencias Interescolares.

Foto tomada de Your Middle East.

Por si fuera poco, Tabichi gasta el 80% de su salario para ayudar a sus alumnos que, en su mayoría, son pobres. "Estoy aquí solo por lo que lograron mis alumnos. Este premio les da una oportunidad", dijo al recibir el galardón.

El keniata convivió durante toda su vida con la docencia presente. Su padre, su tío y sus primas fueron maestros creyendo que así se cambia el mundo. Peter solía dar clases en un colegio que tenía todo y sintió que no era su lugar.

Hoy trabaja en la escuela secundaria mixta Keriko, en la aldea de Pwani, y supo darles confianza a sus alumnos, reducir tensiones entre las múltiples etnias con un club de la paz, alimentar a los más pobres y enseñar métodos de cultivo adecuados para la sequía.

Foto tomada de Córdoba Buenas Noticias.

Impulsó a sus estudiantes, además, a ir por más motivándolos a competir y obtener premios nacionales. Sus aprendices tienen entre 11 y 16 años y varios de ellos caminan a diario siete kilómetros para no perderse sus clases.

El Global Teacher Prize celebró este año su quinta edición. Es el premio más importante del sector en compensación monetaria, con el objetivo de reconocer a un educador que brinda una contribución excepcional a la profesión y alumbrar el rol fundamental desempeñado por los educadores en la sociedad.

Fuente: La Nación.