“No volví a ser la misma persona”: la dura experiencia de Carlos Belloso en la guerra de Malvinas

A los 18 años Carlos Belloso fue llevado al sur del país para participar del combate de Malvinas. "Me llevaron a la guerra y yo no sabía disparar", comentó el actor en "Intrusos".

También dio detalles de su difícil recuperación luego de atravesar un cuadro de depresión una vez finalizado el conflicto bélico. "Fue muy duro estar ahí porque sólo tenía 18 años. Después de eso no volví a ser la misma persona", comentó.

En la entrevista televisiva el actor recordó los momentos más difíciles que le tocó atravesar en ese entonces. “Tenía una función en un teatro de operaciones en un objetivo militar: era artillero antiaéreo y defendí y vigilé el Aeropuerto de Río Gallegos para que no lo tomaran. Usaba ropa militar, manejé un cañón y recibía órdenes de un militar”, contó.

Además indicó: “Muchos veteranos me dicen ‘no sabés lo que es perder un amigo que lo maten a tu lado‘. Por suerte no viví eso, pero tuve el mismo estrés que ellos por estar en un cañón esperando que algo pase“.

Pasar hambre y no dormir son algunas de situaciones más duras que recuerda Belloso.  “Viví experiencias tremendas en el Continente. En un momento no aparecía la comida. Al cuarto día sin comer salí como un loco a caminar porque nos queríamos comer entre nosotros”, relató.

Luego agregó: “quince kilómetros después crucé una gaviota y cuando la iba a bajar con el FAL para comérmela cruda, vi que había un basural. Me metí de cabeza y empecé a comer como si se tratara de un tesoro”.

“Estuve horas comiendo basura y después llamé a mis compañeros para que vinieran a comer de ahí”, explicó finalmente.

Por último contó que "todos los días recibíamos alertas rojas y teníamos que ir al cañón. Durante mi estadía no pude dormir nunca".

“Viví experiencias tremendas en el Continente. En un momento no aparecía la comida. Al cuarto día sin comer salí como un loco a caminar porque nos queríamos comer entre nosotros”, explicó el actor

Y profundizó: “Quince kilómetros después crucé una gaviota y cuando la iba a bajar con el FAL para comérmela cruda, vi que había un basural. Me metí de cabeza y empecé a comer como si se tratara de un tesoro”, relató.

“Estuve horas comiendo basura y después llamé a mis compañeros para que vinieran a comer de ahí”, completó sobre la experiencia de este durísimo momento que vivió como soldado.

Por último contó que "todos los días recibíamos alertas rojas y teníamos que ir al cañón. Durante mi estadía no pude dormir nunca".