Plataformismos de la era digital

Un horizonte complejo para las empresas tecnológicas.

07 Abr 2019
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ENSAYO

CAPITALISMO DE PLATAFORMAS

NICK SRNICEK

(Caja Negra - Buenos Aires)

Para Nick Srnicek los negocios tecnológicos tienden a emerger en tierras que están expuestas a la irrupción de nuevos competidores.

En su libro Capitalismo de plataformas, Srnicek sostiene que el desarrollo de las empresas tecnológicas se dio en el marco de la competencia intercapitalista, esto es, fueron las tensiones internas del capitalismo las que permitieron el desarrollo de las empresas cibernéticas que se pergeñaron en los garages de Macintosh y Microsoft a fines de los años 70 y que explotaron en los años 90 en los laboratorios de innovación tecnológica de Silicon Valley. Así, la aparición de nuevas y desconocidas amenazas obliga a la modernización.

Capitalismo de plataformas identifica que si las viejas empresas de tecnología pretendían subsistir en un nuevo orden de la era digital, estas debieron comenzar a mantener algún nuevo tipo de relación con los datos. Así y todo, puede que la “modernización tecnológica” esté comenzando a ser un imperativo anacrónico.

Puede que el boom de las empresas tecnológicas esté llegando a su fin: “si bien es difícil prever cuándo va a explotar una burbuja, hay indicios de que el entusiasmo por las burbujas tecnológicas está acabando” -vaticina Srnicek en su libro-. Después de la baja de las cotizaciones de las empresas tecnológicas en 2016 en la bolsa de los EEUU -con la caída de las acciones de muchos sitios y plataformas-, lo que Srnicek prevé para los próximos años es que muchas empresas tecnológicas sencillamente cerrarán o se refundarán para hacer que sus servicios sean pagos.

Eslogan tácito

La pista sobre ello la brindan los Ad blockers -softwares anti-publicitarios-, que efectivamente están limitando más de lo indispensable los abusos de las publicidades en los sitios webs. De seguir así, al no poder contar con los ingresos por publicidades, los sitios y las plataformas de Internet deberán buscar -ya lo están haciendo- en la suscripción de sus usuarios otro modo de supervivencia.

El modelo pay-per-view poco a poco se está imponiendo en algunos servicios y aplicaciones. Y lo hace con un eslogan tácito, no-dicho. Porque la mejor publicidad es la que funciona como un spot que nadie dice, nadie promueve, pero que está en la misma voz en off del producto: “Si no quieres publicidades en medio de los contenidos que te brindamos, entonces paga por ellos”.

Las Apps son mucho más parecidas a parásitos de lo que estamos dispuestos a admitir. Se insertan en nuestros dispositivos y, poco a poco, los van acabando. Empiezan por ocupar un pequeño rincón en la pantalla, una pequeña porción en la memoria. Y poco a poco lo van colapsando hasta recalentarlos de memoria, crackearlos y dejarlos apagados. Sin capacidad de almacenamiento, no sin antes, por supuesto, sacarle una buena cantidad de datos a sus usuarios.

Como destacaba en 2016 Andrew W. Lo, director del Laboratory for Financial Engineering del MIT: “desde la perspectiva de la producción de datos, las actividades son como tierras que esperan ser descubiertas. El que llegue primero y las ocupe se quedará con los recursos -en este caso, con la riqueza de los datos-.”

© LA GACETA

JUAN JOSÉ MENDOZA

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