Murió en Malvinas y 37 años después su familia recibió una emotiva sorpresa

Un manuscrito del combatiente Jorge Ludueña llegó hasta la casa de su mamá. No había logrado enviarla y murió en la isla, cuando tenía apenas 18 años.

19 Abr 2019
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“Queridos Padres: les escribo estas líneas, para decirles que estoy bien y espero que sepan dónde estoy y que no se hagan problemas porque no va pasar nada, rogándole a Dios”. Así comienza la carta que le mandó el cordobés Jorge Ludueña a sus padres durante la guerra de Malvinas en 1982, pero que llegó a destino 37 años después.

“Estas líneas son para contarles que aquí hace mucho frío y que la comida es escasa y espero que esto termine pronto así estás más tranquila”, continuaba la misiva. 

Justamente el hambre y el frío fueron los que lo llevaron a la muerte. Jorge no murió en combate. Perdió la vida por alimentarse con comida en mal estado. Tenía tan solo 19 años. 

La misiva no llegó a su destino. Quedó entre las pertenencias del suboficial Miguel Ángel Gaete, quien falleció sin poder encontrar el domicilio de los Ludueña. Pero uno de sus hijos decidió completar la misión y mencionó su hallazgo en las redes sociales, esperando así poder localizar a la familia. 

Y así ocurrió. Héctor Wilfredo Gaete viajó hasta Córdoba para entregarle a Manuela Roldán, madre de Jorge, una carta escrita 37 años atrás mientras él estaba atrincherado en Malvinas.

Manuela se reencontró con la caligrafía de su hijo. “Es como vivir todo de nuevo, y tener la carta es una parte de él conmigo, son momentos donde pasaron muchas cosas muy fuertes. Cuando me avisaron que me iban a traer una carta suya me puse ansiosa, pensaba qué dirá, le hablaría a su papá, que ya no lo tiene, a sus abuelos, me sentí con mucho dolor, mucha tristeza, todavía no me lo pude sacar de la cabeza. Es como revivir el día que me avisaron que falleció“, le dijo a Infobae, medio que sacó a la luz esta historia. 

En la carta, el joven hace un par de pedidos que lamentablemente nunca llegaron a sus padres. “Mándame el pulóver y un par de medias porque vamos a salir de licencia, todos los fin de semana si salimos de esta”, indica. 

También dedica una parte del texto a su hermana y a sus abuelos. 

“Querida hermana, te escribo estas líneas para decirte que estoy bien y que no te asustes por lo que está pasando, espero se arregle pronto así están más tranquilos. Estela, mandame una carta por lo menos, que escriba la mami que hace mucho que no escribe. Cada vez que hay cartas espero una de ustedes, y cuando no me mandan me pongo triste. Estela, ¿cómo andás con el “Beto”? ¿Se llevan bien o andan a las patadas? Y la Marita como está grande, picuda, no me extraña. Vos sabés cómo la extraño a la Marita. Hay soldados que extrañan a sus hermanitos y yo les dije que tengo una sobrina. Bueno, Estela sin más nada que contarte saludos al “Beto” y besos a la Marita y a vos, chau hermana”, detallaba. Manuela, de 77 años, aseguró que va a poner la carta en un cuadro. “Leo la carta y lo veo a Jorgito. Y me hago una idea de que está bien”, concluye.

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