Memorias y visiones surcadas por diversos géneros

21 Abr 2019
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“ESE ARBUSTO TAN NOBLE”. Es central el enorme peso simbólico que sustenta la tusca en la obra de Serrano de Brunetti. foto de ulises flores

Lo primero que emerge del libro de Susana Serrano de Brunetti es el notable paralelismo testimonial que espejan sus palabras con las de los rapsodas y juglares, quienes desde alientos gozosos no sólo transmitían historia y tradición sino que, desde una pluralidad de manifestaciones de géneros literarios, animados por adornar historias y alimentar raíces identitarias, apelaban a sus receptores.

No en vano, ya Aristóteles recomendaba “que todos al contar algo, añadan por su cuenta, pensando agradar”. Claro está que el poder agradar exige solvencia y sin dudas nuestra autora lo tiene. A todas luces lo pone de manifiesto. Late con fuerza en toda la obra mediante un sólido entramado de apuntes socio históricos, espacios geográficos, flora, fauna, gastronomía, memoriales, leyendas, credos, perfiles docentes, conceptualizaciones de la infancia, autorreferencialidades, historias privadas e historias públicas. Así mismo habría que señalar que Susana Serrano de Brunetti, si bien inscribe memorias y visiones surcadas por diversos géneros es central el enorme peso simbólico que sustenta “la tusca, ese arbusto tan noble”. Implícitamente la autora ha elegido una misión para su escritura: acercar a los lectores respuestas primordiales -¿quién soy?, ¿de dónde soy?- desde la lectura develadora.

Baste para concluir unos versos del poema de Léon Benarós con los que Serrano de Brunetti cierra su libro:

Aromito, flor de tusca, ¿Qué quiere este arbolito? / No quiere nada . / Quiere la flor de tusca / Toda dorada.

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