Día internacional de la fibromialgia: "hay días en que el dolor te paraliza"

Hoy se conmemora el Día Internacional de esta enfermedad y una salteña por adopción nos cuenta su experiencia.

12 May 2019
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IMAGEN ILUSTRATIVA de ABC.es

Hoy es el Día Internacional de la Fibromialgia, fecha en la que se conmemora el nacimiento, en 1820, de Florence Nightingale, considerada una de las pioneras de la enfermería moderna.

La palabra fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones). Esta enfermedad afecta el colágeno y a casi 10% de las mujeres de la Argentina. “Es una enfermedad reumática. La piel está pegada a la mano por el colágeno que es como la plasticola. El tendón al hueso, también. Tenemos colágeno desde el pelo hasta las uñas y la fibromialgia es un cuadro de dolor de la fibra muscular”, explicó el doctor Bernardo Biella en Radio Profesional.

La enfermedad se caracteriza por dolor musculo esquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos. “Por lo general el dolor empieza en la zona de la espalda, hay cansancio y contracturas permanente, fatiga crónica que se le suma el insomnio y la pérdida de concentración”, agregó Biella.

Según el especialista, es una enfermedad que antes no se detectaba porque la mujer llegaba a la consulta con muchos estudios que estaban “normales”. “Hasta que se pudo indagar sobre la enfermedad, se investigó que hay un componente genético y un detonante que la dispara”, explicó y desarrolló: “es una pólvora mojada que si se seca, por estrés psíquico, físico, emocional o espiritual; se seca la pólvora y se activa la fibromialgia”.

Según el doctor, la mayoría de las mujeres que padecen la enfermedad sufrieron violencia de género, en el trabajo, han perdido un hijo o lo tienen en la cárcel o enfermo. “Siempre hay un detonante que empieza con un dolor y, si no se trata, empeora.

Luego del diagnóstico se trabaja con un equipo interdisciplinario: un médico de cabecera, reumatólogo, fisioterapia, gimnasia y psicólogo. “Los pacientes se pueden recuperar, cuando antes se haga la consulta, es mejor”, concluyó Biella y agregó que la contención y apoyo de la familia y entorno del paciente, también es importante.

"Me dolía todo el cuerpo: en las piernas sentía como un aceite caliente que a veces hacía que no aguantase ni el roce de las sábanas".

CARLA DONORIO, IMAGEN GENTILEZA FAMILIA DONORIO

“El dolor a veces te paraliza y lo peor es que te cambia el humor y el estado de ánimo”

Carla D'Onorio trabaja en la Fundación Conin y desde hace tiempo padece fibromialgia. Es tucumana, pero vive en Salta desde hace años.

“Sentía un gran cansancio, es verdad que no paraba un segundo durante el día, me levantaba temprano y me acostaba tarde pero estaba siempre agotada: durmiese bien o no. Me dolía todo el cuerpo: en las piernas sentía como un aceite caliente que a veces hacía que no aguantase ni el roce de las sábanas. En las cervicales sentí el dolor más común: tomaba anti inflamatorios, miorelajantes y vivía en fisioterapia. Todos los dolores eran fuertes, inclusive el de cabeza que me dejaba tirada en la cama, no soportaba ni la luz”, contó Carla a LA GACETA.

Jugaba al tenis, uno de los placeres de su vida. Sin embargo no lo disfrutaba por el dolor. “A veces me dolía más y otras menos. Pero, por lo general, era tanto el dolor que me acostumbraba. Cuando jugaba un campeonato con seis partidos en una jornada, al día siguiente no podía moverme”, explicó.

"El agotamiento crónico ya es síntoma de la enfermedad y deben consultar a un especialista”.

Sin embargo siempre hizo fisioterapia y el diagnostico llegó de la mano de la profesional que la asistía: Claudia Peretti. “Era llevadero con los masajes pero ella siempre me recomendaba que vaya a un reumatólogo para descartar algo más grave y que quizás, con medicación, podía llevar una mejor calidad de vida. Luego de varios análisis que enviamos a Buenos Aires inclusive para descartar Lupus supe que era fibromialgia. Y ahí comencé un tratamiento con cuatro profesionales: médico clínico, reumatóloga, psicóloga y fisioterapia”.  

Con respecto al dolor que siente una persona que padece la fibromialgia, Carla contó: “El dolor siempre está y es insoportable hay días que es soportable y otros te paraliza. Lo peor es que te cambia el humor y el estado de ánimo. Llegué a estar muy angustiada, algo deprimida e irritable también. Y ese mal humor siempre es con el entorno más cercano. Es muy importante estar acompañado y yo agradezco a mi familia, a mi mamá y mis hijos”.  

Uno de los momentos más difíciles para Carla fue darse cuenta que poseía también el síndrome de Ménière, una enfermedad que afecta al oído interno. “Perdí la audición en el oído derecho, debido a muchas crisis de vértigo que tuve en los últimos seis años. Yo igualmente me siento bendecida y aprendí mucho: si bien quedarse en la cama es una tentación no la recomiendo porque puede ser deprimente. Por eso recomiendo hacer actividad física, natación o streching , ir al psicólogo, mimarse y hacer las cosas que a uno le gustan y que recuerden que el agotamiento crónico ya es síntoma de la enfermedad y deben consultar a un especialista”, concluyó.  

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