Historia para re-construir, trabajada como alegoría

12 May 2019

NOVELA

LA VIDA ENTERA

JUAN MARTINI

(Eudeba - Buenos Aires)

La primera edición de la novela, gestada entre los últimos años peronistas y el exilio, apareció en 1981. La fábula arroja una de las más acabadas metáforas de la historia argentina. Martini, que incursionó en el género policial, procede por enigmas. El lector es desafiado a re-construir la historia en fragmentos, trabajada como alegoría. El relato apela a la lógica de los sueños, donde “suelen faltar las articulaciones más elementales”, como lo señala Julio Cortázar.

Se trata de un mundo final, donde moran personajes desconcertantes, el tiempo se desmorona, la historia pierde sus hilos. Todo movimiento conduce al fracaso y la violencia lo impregna y poco a poco se pierde la identidad.

La incertidumbre asedia al lector que intenta armar una totalidad: la gran ciudad es y no Buenos Aires; Encarnación es y no Rosario; el basural es refugio de subversivos (donde se lee la historia de León Suárez), el campo, la estancia. Los personajes también son ambiguos: el Potro es y no Perón, el Rey no posee ningún poder, los tres músicos son y no los tres comandantes, la Hermana, la Mujer en el Balcón y la Mujer que baila son máscaras que connotan a Eva Perón, Gardel es y no Gardel. Es gordo y petiso, pero canta y se viste como el Zorzal Criollo. El Tonto, que nos remite a Jauretche, tiene manos peligrosas, “alguna vez le harán daño”.

Un universo dominado por lo carnavalesco donde todo está al revés, y en el que la ley está ausente, cuya lógica dominante son los intereses personales. El escritor realiza una arqueología del imaginario nacionalista al mismo tiempo que trabaja con las estructuras profundas del peronismo. Sortea la tentación de la novela histórica, elige inscribir los hechos en otra clave. Para Juan Martini, uno de los más audaces escritores argentinos: “Lo que no hacen nuestras novelas es contar la historia tal como la contaban los realistas del siglo XX, sino tal como hoy se la puede contar, partiendo del interrogante de que nos interesa escribir novelas que interroguen de qué historia se trata y cómo la contamos”.

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