Comer frutos secos durante el embarazo le hace bien al bebé

Nueces, almendras y maní contribuyen al buen desarrollo neurológico, según investigadores de Barcelona.

14 May 2019
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FRUTOS SECOS. En cantidades razonables hasta ayudan a adelgazar.

Investigadores de Barcelona han descubierto que una dieta rica en frutos secos durante el primer trimestre del embarazo se asocia con un mejor desarrollo neuropsicológico del bebé a largo plazo. Se detectó que los hijos de madres que comieron más frutos secos que otras presentan mejores resultados cognitivos, en especial de atención y de memoria de trabajo.

El estudio, publicado en ‘European Journal of Epidemiology’, se basó en más de 2.200 parejas madre-hijo españolas, inscriptas en un programa que está a cargo del Instituto de Salud Global de Barcelona.

“El cerebro experimenta una serie de procesos complejos durante la fase de gestación; la nutrición materna es un factor determinante para un neurodesarrollo adecuado del feto con efectos a largo plazo”, explicó la primera autora del estudio, Florence Gignac.

Ácido fólico

Las madres respondieron cuestionarios sobre hábitos alimentarios en el primer y último trimestre del embarazo, y evaluaron el desarrollo neuropsicológico de los niños y niñas a través de tests estándar validados internacionalmente y realizados tras un año y medio, cinco y ocho después del nacimiento.

En concreto, se fijaron en la ingesta de nueces, almendras, maníes, piñones y avellanas. “Pensamos que los efectos beneficiosos hallados podrían deberse a su alto contenido en ácido fólico y, sobre todo, en ácidos grasos esenciales, como por ejemplo el omega-3 o el omega-6”, apuntó Gignac. “Estos componentes tienden a acumularse en los tejidos nerviosos, principalmente en las áreas frontales del cerebro, que influyen en la memoria y en las funciones ejecutivas”, agregó.

Los buenos resultados se observaron en los hijos cuyas madres habían ingerido una media semanal de algo menos de tres raciones de 30 gramos cada una, una cantidad ligeramente inferior a la recomendada por la guía de la alimentación saludable de la Sociedad Española de Nutrición, que es de entre tres y siete raciones por semana. “Esto nos hace pensar que si se adecuase el consumo medio a las recomendaciones los beneficios podrían ser mucho más amplios”, evaluó Gignac.

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