Tecnología Biometría: Por qué los ojos son la contraseña más segura

El creador de un sistema de reconocimiento óptico estuvo en Tucumán.

07 Jun 2019
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EN TUCUMÁN. Derakhshani posa durante su visita a Tucumán. Participó de la Semana de la Ingeniería de la UTN. la gaceta / foto de Analía Jaramillo

Lo hemos visto en las películas de James Bond: agentes secretos que son capaces de entrar a centros de inteligencia subterráneos con solo acercar su retina a un escáner, leer archivos clasificados utilizando una huella digital o encontrar a “los malos” mientras disfrutan de cocktails y un sofware de identificación facial se encarga del resto.

Ahora, gracias al científico Reza Derakhshani, podemos acceder a una parte de esta fantasía para mejorar nuestra privacidad y proteger la identidad.

EN TUCUMÁN. Derakhshani posa durante su visita a Tucumán. Participó de la Semana de la Ingeniería de la UTN. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.-

En 2005 -mientras trabajaba como profesor asistente en la Universidad de Missouri (Estados Unidos)- Derakhshani tenía un objetivo claro: la innovación. Inventar “algo grande”, como él mismo se proponía.

Así, sus anhelos lo llevaron a incursionar en la biometría. Una tecnología que es capaz de chequear la identidad de las personas utilizando algunas de nuestras características fisiológicas e innatas. Con el tiempo, las investigaciones dieron frutos y este científico logró patentar “EyeVerify”, su propio sistema de reconocimiento óptico.

En el marco de la “Semana de la Ingeniería Nacional e Internacional”, a cargo de la Universidad Tecnológica Nacional (UNT), Derakhshani estuvo de paso por Tucumán. Con una taza de café con leche entre las manos y una voz pausada que denota precisión, el experto en computación le comentó a LA GACETA sobre su invención, el estado del arte de la biométrica y sus posibles implementaciones a futuro.

- ¿Cuáles son los orígenes de la biometría?

- La humanidad ha usado este método desde tiempos antiguos. Si lo pensás, el hecho de que mires a una persona a la cara y la reconozcas conlleva una identificación biométrica. En la antigüedad, ya se utilizaba la impresión de los pulgares como forma de identificación y, en la época de la Primera Guerra Mundial, esta clase de sistema apareció en los pasaportes británicos, donde se describía minuciosamente todos los rasgos del sujeto, como el color de ojos, tez, cabello y altura.

- ¿En qué se basa y qué tan efectivo es su sistema biométrico, conocido como “EyePrint”?

- Hay investigaciones que utilizan el iris o la pupila para hacer el reconocimiento óptico. A diferencia de ellas, nosotros nos centramos en los vasos sanguíneos visibles de la esclerótica (parte blanca del globo ocular). Si se toma correctamente la foto del ojo es completamente certero. En muchos sentidos nuestros rostros se parecen: tenemos dos ojos, una nariz y una boca ubicados más o menos en el mismo lugar. En cambio, no existen dos patrones vasculares ópticos iguales. Incluso aunque tuviéramos dos gemelos idénticos o un clon genético.

- Una vez obtenidos los perfiles biométricos, ¿dónde se almacenan estas identidades recopiladas?

- Para proteger la privacidad de las personas, los datos son encriptados y guardados a través de lo que llamamos un proceso unidireccional. La información de los usuarios se almacena en forma local y, si alguien consigue sacar esos datos biométricos del teléfono, sólo podrán ser usados en el dispositivo donde habían sido guardados por primera vez.

- En relación a la seguridad, ¿es fácil copiar o robar la identidad de alguien?

- Sí, si el proceso de recopilación de datos y el reconocimiento no se implementan con todas las medidas de seguridad necesarias. Sin embargo, hay varias formas para evitar que el sistema sea violado. Por ejemplo, en los escáneres de reconocimiento facial, se utiliza tecnología 3D que verifica que estés mostrando tu rostro y no una fotografía. Para dificultar la suplantación de identidad, los reconocimientos ópticos utilizan no solamente patrones vasculares sino también otras microcaracterísticas que están alrededor de los ojos como pequeñas arrugas y líneas de expresión.

- El problema es que, si ocurre una falsificación, el daño es irreversible...

- La identificación biométrica tiene la característica de no poder ser revocada o modificada. Al olvidar o perder una contraseña podés llamar al servicio de Atención al Cliente y listo. Por el contrario, es imposible que te den una nueva huella o registro facial. Estos son únicos e irrepetibles, una vez que esa información se escapa ya no vuelve.

- ¿En qué ámbitos puede usarse el reconocimiento biométrico?

- La respuesta es en cualquier lado. El sistema de reconocimiento digital se implementa en los teléfonos, las computadoras, los hogares y los vehículos. Es usado por entidades financieras para hacer transacciones económicas y, en grandes corporaciones o edificios del Estado, para controlar o restringir el acceso de los empleados. Además, logró implementarse en la industria de la salud y los servicios de prestaciones sociales. La idea es establecer claramente la identidad de una persona a fin de verificar que ese sujeto, que recibe el servicio, sea quien afirma.

- ¿Se trata de la solución a los frecuentes olvidos de contraseñas? ¿podrá usarse con el tiempo en las redes sociales?

- Esperamos que sí. La biométrica no depende de una llave, tarjeta o la capacidad de la memoria para retener passwords. Es una forma de identificarnos por lo que verdaderamente somos. Su uso en internet evitaría las cuentas y los perfiles falsos, algunos ciberdelitos y la divulgación de fake news. Empero, queremos estar seguros de resolver los problemas porque, el otro lado de la historia es que hay individuos que por motivos legítimos buscan permanecer en el anonimato y conservar su privacidad.

- Los ciudadanos de China usan la biométrica para comprar en el supermercado. En las calles de Londres existen circuitos de cámara cerrados con reconocimiento facial para ayudar a la policía a prevenir delitos. Lo mismo ocurre en Nueva York y Moscú.

- Qué hacer con esta tecnología biométrica es algo que las sociedades deben decidir por su cuenta a través de un proceso democrático con legislaciones locales, controles y leyes. En última instancia es la población la que tendrá que exigir el límite de cómo y hasta dónde usarla. Lo que necesitamos son normas que surjan de la voluntad conjunta de los ciudadanos. San Francisco (Estados Unidos) prohibió el reconocimiento facial a las autoridades y a la policía pero no a las empresas privadas mientras que en Londres las personas no se manifestaron en contra. Ningún aparato es bueno o malo; ese carácter depende de nosotros. (Por Guadalupe Norte)

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