Paternidad, familia, pareja y la condición de hijo

Relatos realistas, veloces, sobrios y efectivos.

16 Jun 2019
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RELATOS URBANOS. Piñero presenta su primer tomo de cuentos. la gaceta / foto de diego aráoz

COMPILACIÓN

QUIÉN NO

CLAUDIA PIÑEIRO

(Alfaguara - Buenos Aires)

La familia como primera institución del ser humano y sus múltiples variables. La paternidad como realización o condena, los hijos como composición o desprendimiento. La distancia que separa a unos y otros. Hombres y mujeres que viven y sufren y deciden frente a lo imprevisto o lo irresoluble. Matrimonios al borde del precipicio, bodas, infidelidades, hábitos enquistados, desengaños. Ese hilo rojo tan arduo de cortar. El amor, siempre el amor, negado o vivido al filo del abandono.

Quién no ha sido parte de una existencia anónima, plagada de situaciones cotidianas, complejas, de sujetos incrustados en sus propios dramas, seres “singulares viviendo entre extraños, diferentes en un mundo de iguales”, al decir de María Teresa Andruetto.

Quién no. Tal el título del último libro de Claudia Piñeiro, su primer tomo de cuentos. Urbanos (a excepción de un par de ellos, que transcurren en algún pequeño poblado del interior del país), los habitan personajes que no dejan de ser quienes son, sino que pagan por seguir siéndolo.

Las tramas pueden transitar la angustia de un aborto clandestino (recordemos la larga militancia de la autora a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo), el robo en una escribanía, una muerte en un avión, el regreso al pueblo de la infancia, el aplazamiento de lo sustancial, la confabulación para la búsqueda de una solución necesaria. No es difícil hallar en ellos referencias a “La madre de Ernesto”, de Castillo, o a “El gato negro”, de Poe, cuando no auténticas críticas al mundillo literario actual y su oscuro afán de estrellato.

Enmarcados en la tradición realista, los relatos de Piñeiro, sobrios y efectivos, viajan en un desarrollo veloz y suelen recaer en una resolución que por momentos atenta contra la profundidad del drama, pero guardan, todos ellos, una de las características primordiales del género: la capacidad de absorber al lector desde las primeras líneas hasta su desenlace.

© LA GACETA

HERNÁN CARBONEL

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