“Todos los días sueño en cruzar la frontera y traer a mi hija, pero tengo miedo”

Guadalupe Salas es una mamá salteña que hace cuatro meses no sabe nada de su niña, por lo que denunció a su ex marido de secuestro y desea recurrir a la Justicia Federal para una captura internacional.

01 Jul 2019
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Hace cuatro meses, Guadalupe Salas no sabe nada de su hija Sol. No tiene ningún tipo de comunicación con la nena desde febrero y debió recurrir a la Justicia en busca de volver a verla. La niña de 10 años fue de vacaciones por 20 días con su padre a Paraguay, donde él es oriundo, pero nunca más regresó a Salta, a su casa materna.

De esta manera, las vacaciones de verano se convirtieron en un secuestro de una menor, según denuncia esta mamá en la Justicia de Salta. Desde el Juzgado de garantía N°4 se citó al hombre a varias audiencias ante la denuncia que presentó la mujer. “Pero es sabido que él no va a venir, ya lo ha expresado, y no solo él sino también su abogado. No sé por qué le siguen dando audiencias cuando él ya dijo que no se va a presentar”, reclama la mamá.

Frente al escaso avance del caso, Guadalupe y su abogado Santiago Pedroza pidieron que la Justicia provincial se declare incompetente, y así poder recurrir a la Justicia Federal en busca de la captura internacional del padre de la niña.

“Yo estoy casada legalmente todavía con él”, cuenta Guadalupe en diálogo con LA GACETA. “Cuando se recibe de ingeniero agrónomo en la UNSa se vuelve a Paraguay, a su lugar de origen, y allá se dedica a la política, tengo entendido”, continúa.

Según explicó, se separó de su expareja Julio Salazar en noviembre de 2017, cuando él decide volverse a su país. En enero de 2018, Salazar regresa a la Argentina para solicitar el permiso y llevar a la niña de vacaciones al país vecino. En aquella oportunidad, la nena volvió a su hogar según lo establecido.

“Pasó el año y volvió para pedirme otro permiso para enero de este año, el cual también accedí por las vacaciones del 23 de enero hasta el 20 de febrero. En ese tiempo yo tenía comunicación normal con mi hija, incluso hasta el 19 de febrero, día en el que le pregunté a mi hija si ya estaba haciendo la valija para viajar y ella me dice que ‘sí’”, recuerda.

“Descansá hijita, mañana hablamos” le dice, según relata, pero esa comunicación nunca llegó.

Al día siguiente, “cuando me quiero comunicar con ella para ver si ya había viajado, ahí me responde directamente él diciéndome que mi hija no va a volver”.

A partir de ahí, Guadalupe fue bloqueada en el whatsapp de Salazar. Solo consiguió comunicarse luego con la madre de su expareja, quien le dijo que “respetaba la decisión de él de no restituir a la niña”.

Por esto, Guadalupe radicó una denuncia en la comisaría N° 17 del barrio Solidaridad y decidió viajar a Paraguay para ver a Sol. “Llego a la tarde el 21 de febrero y allá me doy con que él ya no alquilaba el lugar donde supuestamente estaba y vivía con su mamá, donde tienen un bar”, relata.

Estando allá, Guadalupe fue amenazada y solo pudo ver a su hija durante un instante. “No podía verla a solas para saber si estaba bien o le había pasado algo. La vi sólo 15 minutos pero siempre acompañada de tres mujeres que no sé quiénes son”, describe.

“Después me amenazó la policía, su custodia y su mamá. Me echaron de ahí. Me tuve que volver a la Argentina. Entonces realizo otra denuncia, y ahí es donde a él lo imputan por sustracción de una menor y libran dos exhortos a Paraguay”, continúa explicando Guadalupe, quien ahora teme por ella y por su hija.

“Todos los días sueño en cruzar la frontera y traerme a mi hija pero tengo miedo que me suceda algo, o le suceda algo a ella, porque no sé si está enojado, no sé qué le pueda hacer a ella. Y creo que puede hacerle algo, porque tiene los medios”, manifiesta. “Le tengo temor y también temo por mi hija; el hecho que sea el padre no me da garantías de nada”, insiste la mamá que lleva consigo un afiche de Missing Children, la organización internacional que se sumó a la búsqueda de Sol.

La niña tiene 10 años y finalizó cuarto grado en una escuela de Salta, el año pasado. Hoy Guadalupe no sabe si su hija continúa sus estudios o si sigue el tratamiento médico que acá llevaba adelante por su pubertad precoz.  

Con el nuevo recurso que presentó en la Justicia, espera que Sol sea restituida a su hogar. Dice que tiene fe y que su familia la contiene para seguir adelante.  “Solo pido a dios que proteja a mi hijita”, ruega, mientras espera la respuesta de Tribunales.

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