Christine Lagarde abandonó el FMI y generó inquietud en la Argentina

03 Jul 2019
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La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, fue designada como nueva presidenta del Banco Central Europeo, a partir del 1° de noviembre, en reemplazo del italiano Mario Draghi, según informaron agencias internacionales. En lugar de Lagarde, David Lipton fue aceptado como el director gerente “interino” del FMI.

La sorpresiva designación de Lagarde se tomó luego de largas negociaciones en Bruselas, por parte de los lideres de la Unión Europea y ocupará el lugar que mantuvo Draghi luego de ocho años de mandato. La dimisión, según lo informó ella misma, es “temporal”. “He decidido renunciar temporalmente al FMI”, escribió Lagarde en su cuenta de la red social Twitter. Desde hace tiempo se sabe que tenía aspiraciones tanto en el bloque europeo como en Francia, pero hasta ahora se mantenía con su puesto en el FMI.

Su alejamiento del organismo internacional ha generado gran inquietud sobre todo en la Argentina, ya que ahora la expectativa está centrada en quién será su reemplazante. Lagarde se convirtió un el último año en una figura relevante para la economía y la política argentina a raíz del crédito que el Gobierno de Mauricio Macri acordó por cerca de U$S 57.000 millones.

La economista francesa tomó en sus propias manos la negociación con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con quien intercambió llamados y reuniones hasta sellar el préstamo. Ese acuerdo incluyó lineamientos en la política económica y que el organismo vuelva a revisar las cuentas públicas, algo que no hacía desde que el gobierno de Néstor Kirchner canceló la deuda que tenía el país.

De hecho, la renuncia se concreta en momentos en que días atrás una misión del FMI estuvo en la Argentina monitoreando el presente económico. En abril pasado se concretó la tercera revisión por la que se aprobó un desembolso de U$S 10.800 millones. Ahora se espera uno nuevo de U$S 5.400 millones de los menos de U$S 20.000 que quedan dentro del préstamos stand by. Es decir que con la renuncia de Lagarde, el Gobierno transitará los próximos meses de diálogo con el FMI sin quien fuera una figura relevante en las negociaciones.

Lagarde será la segunda persona de origen francés que ocupe la poltrona del BCE y el cuarto presidente de la entidad, tras los mandatos del holandés Wim Duisemberg, Jean Claude Trichet y el actual Mario Draghi. Al mudarse de Washington a Frankfurt, Lagarde tendrá la tarea de impulsar la política monetaria en una comunidad de 19 naciones que utiliza el euro como moneda y que Draghi ya ha señalado que necesitará más ayuda, probablemente en forma de tasas de interés más bajas y posiblemente con la reanudación de la flexibilización cuantitativa.

La inflación está en apenas la mitad del objetivo del BCE de un poco menos del 2% a pesar de los años de tasas negativas y 2,6 billones de euros en compras de bonos. Es probable que los inversores apuesten a que, como un luchadora de crisis experimentada, Lagarde compartirá el gusto de Draghi por una política monetaria agresiva e innovadora. La semana última, Lagarde describió a la economía mundial como un “punto difícil” y aconsejó a los bancos centrales que sigan ajustándose. Ella también elogió el compromiso de Draghi en 2012 de hacer “lo que sea necesario” para salvar el euro y recientemente hizo eco de su llamado a los gobiernos para que hagan más para luchar contra futuras recesiones. En marzo ella unió la necesidad de fortalecer la zona del euro con las palabras del dramaturgo Molière: “Los árboles que crecen lentamente producen los mejores frutos”. En septiembre pasado, Lagarde desestimó las especulaciones de que podría hacerse cargo del BCE, y le dijo al Financial Times que estaba “un poco molesta y harta” con la sugerencia y que ella no estaba “interesada” en el papel. El nombramiento de Lagarde también significa que el BCE y la Reserva Federal de los Estados Unidos estarán encabezados por ex abogados. (Télam)

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