El consumo de las bebidas energizantes desconoce riesgos

Son utilizadas para estudiar o para mezclar con alcohol. Muchos consumidores no saben los problemas que pueden ocasionar.

09 Ago 2014
La moda de las bebidas energizantes, algunas publicidades, y la mezcla con el alcohol están generando un consumo que puede tener consecuencias peligrosas si no se actúa con responsabilidad.

Las bebidas energéticas se venden desde hace muchos años. Suelen ofrecer a los consumidores una supuesta “revitalización” o “recarga de energía”, pero es entre otras cosas por su contenido de cafeína.

Mercedes Gómez, licenciada en Nutrición explica de qué están hechos estos productos: "estas bebidas analcohólicas, están compuestas generalmente por cafeína e hidratos de carbono (sacarosa, fructosa, glucosa y glucuronalactona), más otros ingredientes como aminoácidos (taurina), vitaminas (del complejo B y vitamina C), minerales (los más comunes son el potasio y el magnesio) , extractos vegetales (como por ejemplo, guaraná, ginseng) acompañados de aditivos acidulantes, conservantes, saborizantes y colorantes.

El doctor Rodolfo Sabio es médico clínico y explica: “todos los energizantes, más que cumplir la función de energizar, son en realidad estimulantes del sistema nervioso central”.  Y remarca que la mayoría de estas bebidas son realizadas a base de cafeína, que es, justamente un estimulante del sistema nervioso central, y por eso el consumidor siente la supuesta “energía”, se siente “despierto y más activo”.

Marina Labiano es estudiante universitaria y toma bebidas energizantes para mantenerse despierta cuando tiene que estudiar o tiene que trabajar y no le alcanza el tiempo.  Al respecto cuenta: "Más que nada las consumo en época de exámenes". En esos casos dice que no toma más de una por día.  Pero recuerda que antes, en una semana podía llegar a tomar hasta seis latitas (incluso dos latitas diarias). "Comencé a tomar porque compañeros y profesores tomaban".

Sobre el efecto de mantenerse despierta, dice: "puede llegar a durar unas horas pero después te desplomás del sueño".

Juan Camaño también consume bebidas energizantes por motivos de estudios. Pero cuenta que en su caso llega a tomar una latita durante una sola noche.  Y en algún caso pueden llegar a ser dos nocehs.  Sin embargo, también consume cuando sale a divertirse.  "Suelo tomar una latita con una botellita de champagne de 187 mililitros".  Aclara que en ese caso es simplemente porque le gusta la combinación.


Como son bebidas de venta libre, cualquier persona puede comprarlas, pero no deberían hacerlo. El doctor Sabio afirma: “hay gente que tiene sensibilidad a la cafeína o los estimulantes, y pueden provocarle taquicardia, pulso rápido, corazón acelerado o taquipnea (respiración acelerada)".

Además, según este médico, también hay una cuestión vinculada a los trastornos de conducta. Observa al respecto que la situación es aún más grave cuando se mezclan estas bebidas con alcohol.

Lo explica de manera sencilla: “la corteza cerebral es la que le dice a los individuos qué cosas no están bien socialmente, pero cuando esto se inhibe, aparecen los instintos animales. Y el alcohol es un inhibidor del sistema nervioso central. Por un lado, los estimulantes provocan en quienes los consumen distintos comportamientos, y por otro, el alcohol impide que la conciencia actúe sobre esos comportamientos, por lo que surgen estos problemas de conducta”.

Actualmente, los consumidores de éste tipo de bebidas son jóvenes o adultos. En Salta es normal ver individuos que salen durante toda la noche, para volver a su trabajo prácticamente sin dormir. Esta situación influye también en el consumo de las llamadas bebidas “energizantes”.

Pero no sólo el osció y la diversión incentivan a tomar productos de este tipo. Como vivimos en una sociedad en la que los estudiantes muchas veces son presionados o autopresionados, ello también lleva al consumo de este tipo de productos.  A eso se le suma la asociación publicitaria que los medios de comunicación hacen a deportes, aventuras, salidas, aire libre, etc. Algo similar a lo que ocurría con publicidades de tabaco en otras épocas.

El doctor Sabio afirma que hay una cuestión cultural y recuerda: “en mi época de universitario, había droguerías que preparaban productos farmacológicos, compuestos a bases de drogas como la cafeína, ergotamina y otras. Estos compuestos hacían que los estudiantes que las consumían estuvieran despiertos durante varios días, activando la memoria de corto plazo, favoreciendo rendimientos estudiantiles en jornadas de muchas horas de estudios; pero después de pasado el efecto, la naturaleza regulaba el organismo para recuperarse. Entonces se caía en el otro extremo y esos estudiantes necesitaban dormir dos o tres días; y allí surgían también trastornos de alimentación”. Por eso, este médico asegura que son ingestas peligrosas.

Al momento de pensar en ciertos productos y medicamentos, se debe considerar que cuando hay una prescripción médica, detrás hay un facultativo que puede evaluar riesgos y beneficios. La capacidad profesional del médico evalúa como solucionar un problema sin generar otro.

Al preguntarle sobre otro tipos de productos, que pueden venderse, por ejemplo, en dietéticas, Sabio respondió: “Los productos de ventas que son libres, supuestamente en algún momento deben pasar por los organismos de control a nivel nacional. Aunque eso tampoco garantiza que sean inocuos”.

Que sean de venta libre no garantiza que luego no se tengan efectos indeseables. Y es que hay tantos productos en el mercado, que no siempre se sabe sobre la composición de los mismos. Hay sustancias que ni se conocen.

Consulta imperativa 

El doctor Sabio subraya que siempre es bueno hacer una consulta previa a un médico, pero si se toma algún producto luego debe haber una consulta urgente. Explicó que lo mejor es, ante el primer síntoma, ya sean cuestiones intestinales, cardiovasculares, nerviosas u otras, consultar al médico llevando el envase y el producto que se tomó. Al llevar el frasquito o la caja, se permite que el facultativo pueda investigar mejor a partir del conocimiento de los componentes que se consumieron.

Sabio hace hincapié en que “la gente llega a consumir cualquier cosa que vio por la televisión o que le recomendó algún vecino. No se miden las consecuencias. Después llegan al médico cuando se sienten mal”.


Recomendaciones

La nutricionista Mercedes Gómez recomienda leer siempre la etiqueta o rotulado de las bebidas energizantes, donde figuran entre otras, las siguientes advertencias:

“Consulte a su médico antes de consumirlo”

“No utilizar en caso de embarazo, lactancia ni en niños”

“Mantener fuera del alcance de los niños”

“Este producto contiene glúcidos y debe ser utilizado con precaución por diabéticos”

 “Personas de edad o con enfermedades deben consultar al médico antes de consumir este producto”
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