Apuntes sobre Trilogía sentimental, de Ricardo Daniel Piña

La poesía, el fútbol y la política dialogan de una manera muy particular, en este poemario.

22 Jul 2019
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Sólo alguien que no ve asiduamente fútbol podría decir que no es un deporte poético; pero sí es verdad que sus gambetas, sus precisos cambios de frente, sus pasiones y sus odios no han sido tematizados en poemas. La narrativa le ha dedicado sus merecidas páginas, no la poesía.

En “Sentimiento Bielsa”, la primera parte de su “Trilogía Sentimental”, Ricardo Daniel Piña muestra que, al menos en la Argentina, no hay deporta más politizado que el fútbol. El marco en el que esos poemas fueron escritos no es menor: año 2002, cuando la argentina empezaba a salir de una de sus peores crisis sociales, económicas y políticas.

Mis ojos se pierden en la actualidad.

Como dos pájaros que se estrellan contra mi cráneo y siguen los

Derrumbes de cada uno de los manifiestos.

Los acuerdos yacen deshechos

Entre las puertas giratorias de los bancos.

Y pienso que todo es una consecuencia

y termino justificándome en este gran malestar. (?)

El gobierno caga todo lo que toca.

Así el fútbol muestra que puede formar parte de la política como de lo poético: un hecho que trasciende las miradas, en el marco de un país que se derrumba.

“Reparamos un equipo con los mejores hombres.

Aimar, Chamot, López, Almeyda…

Jugadores inteligentes. La exquisitez siempre, ante todo.

Lo más codiciado. Las alegrías puestas

En todas las combinaciones posibles hacia el mejor lugar.

Mientras los inmortales del micrófono hacen resonar

sus opiniones

como ecografías de sus propias existencias

¡Cuánto preocupan cuando malgastan sus interpretaciones

Para desviar maliciosamente los hechos mismos!

Tanto

Se puede justificar

Con un torneo de fútbol

Como para demorar

Los reclamos de justicia y de propiedad?

En “Pékerman Saborizado”, segundo poemario de la trilogía, el foco se corre a los hinchas, que siguen siendo parte de una sociedad atravesada por problemas, aún en el año 2006; p ero ya no está esa sensación de derrota que sí trasunta Sentimiento Bielsa.

Y el pueblo…

Es una multitud en paz peregrinando frente a las boleterías

Del estadio de River.

El pueblo es una multitud el día martes 23 de mayo,

Que quiere comprar su localidad

Para el partido despedida de la Selección Nacional

Antes de su viaje a Alemania a disputar la Copa del Mundo FIFA 2006

La hermosa precisión de la luz del sol

Envuelve nuestra conciencia de clase,

Celeste, blanca, transparente, fría

Que inflama la fe del pueblo en un día peronista.”

Después Piña hace algo fantástico: a veces el yo lírico parece un relator desenfrenado, más hincha que relator y en otras todo es un desaforado fluir de la conciencia de los mismos jugadores que están protagonizando la jugada. Como un animé deportivo, escuchar esos largos discurrir, en jugadas que parece paralizadas, o lentificadas.

Me cagué todo cuando me lo vi cerca

Pero por suerte

Pasó

De largo

Como

Un tren

De carga…

Me sentí tan inocente y tan puro que todo este asunto me dio lástima…

Y pensé: “Deberían levantar una iglesia o una capilla, en este lugar.

Tendría que llamarse “Nuestro Milagroso Señor del Amague”.

La trilogía cierra con OrtegaNoSeVa, un largo canto de amor al juego de Ariel “el Burrito” Ortega. La elección no parece gratuita: Ortega comenzó en el barro, del que nunca se terminó de ir. Sobre la cancha, hizo poesía. Quienes lo han visto jugar, saben que nunca perdió la inocencia del que juega en el potrero.

Piña traza un recorrido por su vida, como si se tratara de un héroe épico que finalmente cae en desgracia. En cierta manera porque lo fue.

 

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