Enamorado de vos

04 Ago 2019
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> SEXUALMENTE HABLANDO

INÉS PÁEZ DE LA TORRE

Psicóloga

Se le atribuye a Jorge Luis Borges haber dicho que uno está enamorado cuando se da cuenta de que la otra persona es única. Con menos romanticismo, George Bernard Shaw supo expresar que “el amor es la burda exageración de las diferencias entre una persona y otra”.

Hay algo de cierto en ambas visiones: no nos sentimos atraídos exclusivamente por rostros o cuerpos, tampoco por la personalidad o la inteligencia de nuestro objeto de amor. Lo que nos atraen son personas concretas que casualmente poseen estas características. “Nos enamoramos de individuos, no de las cualidades de las personas”, asegura Paul Bloom, profesor de Psicología de la Universidad de Yale. (De hecho si lo pensamos bien, incluso podemos tener una lista muy clara de los rasgos que nos resultarían deseables en un potencial amante… y luego enamorarnos de quien reúne pocos de esos ítems).

“No puedo evitarlo”

En general podemos decir que, si elegimos a alguien desde un lugar “racional”: por su inteligencia, su riqueza o su belleza –y no por él mismo-, la relación será frágil. El renombrado psicólogo experimental, escritor canadiense y profesor de la Universidad de Harvard, Steven Pinker resume así esta situación: “¿Cómo podemos estar seguros de que esa pareja no nos dejará en el momento en que sea racional hacerlo, como, por ejemplo, cuando aparezca la persona perfecta y se instale en la casa de al lado? Una solución posible es no aceptar como pareja a alguien que nos quiere de entrada por motivos racionales; sino buscar al que se comprometa a quedarse con nosotros por quiénes somos”.

Este compromiso “irracional” es, sin duda alguna, mucho más tentador, atractivo y, paradójicamente, sólido: “Susurrarle a tu amante que su aspecto, su capacidad adquisitiva o su cociente intelectual cumplen tus requisitos mínimos, seguramente acabaría con el romanticismo –señala Pinker-. Para llegarle al corazón a alguien, lo mejor es declarar todo lo contrario: que estamos enamorados porque simplemente no podemos evitarlo”. Es lo que decía Elvis Presley, arrastrando cada palabra con su maravillosa voz: I can’t help falling in love with you.

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