Estrategias en la era de la hipertextualidad

La tecnología es un importante mediador en las relaciones con la literatura no digital a través de su interactividad; agrega a lo visual, lo acústico; la linealidad se reemplaza por la simultaneidad que anticipadamente los escritores supieron concebir desde la escritura, mediante estrategias paratextuales, como hicieron María Elena Walsh, Elsa Bonerman o Luis Pescetti.

18 Ago 2019
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Por Liliana Massara

PARA LA GACETA - TUCUMÁN

Hace mucho tiempo, Johannes Gutemberg irradió el mundo con su propuesta tecnológica; la imprenta significó la expansión de la comunicación; la oralidad pasó a la escritura y posibilitó que la literatura llegara a numerosos receptores. La tecnología estuvo y estará al servicio de la literatura, y de sus lectores. Por ella ha sido factible resolver inconvenientes para localizar obras agotadas o de difícil acceso; las bibliotecas virtuales deleitan con la magia del arte universal.

El docente debe priorizar la faceta emocional, condición sine que non para desarrollar las relaciones humanas y la sociabilidad, áulicas, a las que se suman, las productivas e interactivas entre la literatura, la tecnología y el diálogo con y entre los niños.

Ser presencia permanente y guía. Repensar: 1- las lecturas con las interpretaciones digitales, 2- conformar un corpus, previendo el grupo infantil con el que se cuenta, 3- volver a ciertos clásicos de la literatura, para buscar otros sentidos en las lecturas actuales, descubriendo nuevos significados, mediante una dialéctica de enriquecimiento mutuo, desarrollando, junto al juego, la faz inteligible con libertad creativa e interpretativa.

Dejar fluir el pensamiento de los niños en cuanto al conocimiento previo que portan, y al desconocido que llega. Jugar con ellos, (no dejarlos solos) guiarlos en la captación del mundo, a partir de sus propias experiencias; acompañarlos en el vuelo de las palabras y de las imágenes. Utilizar la tecnología como un colectivo de trabajo que transporta ideas conjuntas y no prácticas aisladas.

Ciertos apegos estructurales, como negar la colonización digital, invalida otras formas del placer para leer, reflexionar y admirar la creación multimedial. La tecnología acompaña a la literatura, constituye y colabora con la integración de formatos, abarca todos los géneros, juega en sus bordes. Hoy lo hipertextual es vital; representa un universo multifuncional, pero sembrando vínculos equilibrados, vehiculizando prácticas afectivas, a través del carácter comunicacional de los encuentros con el espacio virtual.

© LA GACETA

Liliana Massara - Profesora de Literatura argentina y

Literatura del NOA en la UNT.

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