El muro de Trump cruza por tierras protegidas por la ONU

Advierten sobre el daño que causará a especies en extinción y a culturas tradicionales. La barrera, de varios metros de altura, pasa por el desierto de Sonora. Allí viven antílopes, jabalíes y leones de montaña.

20 Sep 2019
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ECOSISTEMA. El desierto de Arizona ocupa territorio que supera la frontera mexicano estadounidense. REUTERS

ARIZONA, Estados Unidos.- La principal promesa de campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado a cumplirse: la expansión del muro fronterizo con México ya toma forma en Arizona y en otros lugares. Hay varias reservas naturales que pueden verse comprometidas, como el Monumento Nacional Organ Pipe Cactus.

Esta área silvestre, protegida por el Gobierno federal estadounidense y reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como reserva de la biosfera, es uno de los sitios donde ha comenzado a levantarse estructuras de hasta nueve metros de alto.

Se proyecta que -una vez terminada- la barrera cruce por todo el borde sur. Pese a las protestas de ambientalistas, la construcción sigue su curso, indicó el noticiero mexicano “Uno Tv”.

El gobierno de Estados Unidos ha renunciado a varias leyes estatales y federales, incluida la Ley de Especies en Peligro de Extinción y La Ley Nacional de Política Ambiental, al impulsar la construcción de estos muros en áreas protegidas en todos los estados fronterizos del sur.

Organ Pipe se encuentra ubicado al suroeste de Arizona; es un área silvestre de más de 133.546 hectáreas, donde viven especies que están en peligro de extinción, como leones de montaña, jabalíes americanos, antílopes y muchas especies de aves, de acuerdo con el Servicio de Parques Nacionales.

Una “plaga innecesaria”

“Lo que se propone es arrasar una de las regiones con mayor diversidad biológica de todo Estados Unidos. Puede ser un error colosal y una tragedia nacional”, dijo Amanda Munro, miembro de la organización Southwest Environmental Center.

“Esta plaga innecesaria y costosa usará agua preciosa para su construcción y sus luces nocturnas destruirán los cielos despejados de la noche”, añadió Kevin Dahl, de la Asociación de Conservación de Parques Nacionales

La expansión de la valla fronteriza propuesta por la administración de Trump tiene proyectado construcciones en los estados de Texas, Nuevo México y Arizona, donde, de acuerdo con un documento del Gobierno estadounidense, más de 70 kilómetros de construcción de nuevas barreras pasarán por tres áreas protegidas por el gobierno federal de Estados Unidos: el desierto de Organ Pipe, el Refugio Nacional de Vida Silvestre Cabeza Prieta y el Área Nacional de Conservación Ribereña de San Pedro, consignó el diario británico “The Guardian”.

Luego de que el gobierno republicano obtuvo fondos destinados para proyectos de Defensa Nacional, se realizó una extensión de 280 kilómetros de la barrera entre Estados Unidos y México.

La nueva construcción, explica Dahl, reemplazará las rejas que pueden ser atravesadas por los animales, con lo que se pone en riesgo de que impidan la migración de especies, corten su suministro de agua y aumenten las inundaciones. “No pensaron el diseño”, explicó Dan Millis, coordinador del programa de conservación Sierra Club.

Las obras también dañarán Quitobaquito Springs, un oasis en la frontera donde viven peces y tortugas en peligro de extinción.

Dahl dijo que estas zonas son “verdaderas gemas del desierto en Sonora (...) sería una pena que se perdieran por un muro innecesario”. (Especial)

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