Sexualmente hablando: la dieta del sexo

Por Inés Paez de la Torre

Con frecuencia se escucha decir que tener relaciones sexuales configura una manera efectiva de perder peso. ¿Es realmente así?

Una investigación realizada en la Universidad de Montreal reveló que, efectivamente, tener sexo quema calorías. Pero no tantas… Al parecer, en una sesión de un promedio de veinticinco minutos de duración, los hombres queman 101 calorías y las mujeres 69. Diferencia que estaría dada por las características físicas y de peso, que requieren de los hombres un mayor gasto energético frente al mismo ejercicio.

El estudio comparó además lo que ocurre con el correr, concluyendo que esta actividad supera al sexo por más del doble en lo que a quema de calorías se refiere. Con el caminar, en cambio, los números salieron bastante empatados.

Dejarlo todo

Desde luego, hay variables que influyen respecto de cuánto “ejercicio” supone un encuentro erótico: si la persona se mantiene más bien pasiva, moviéndose lo mínimo indispensable… probablemente su grasa corporal no se verá amenazada en absoluto. Pero si la performance es más apasionada y vigorosa, si nos agitamos y transpiramos, si el partido no termina demasiado rápido y si al final sentimos la gratificante sensación del cansancio físico de quien “dejó todo en la cancha”…, es seguro que quemaremos más de lo estándar.

Por otro lado, el cómo también cuenta: la persona que está arriba o en una posición que la obliga a trabajar tendrá, como es lógico, mayor gasto energético.

¿Y entonces? Si bien es claro que las relaciones sexuales suponen un ejercicio físico (aunque de intensidad variable) y que, como tal, activan el metabolismo y consumen calorías, su eficacia, en este sentido, no es suficiente como para que podamos olvidarnos del gimnasio o la práctica de deportes.

Así y todo también es cierto que una vida sexual activa, al igual que otros buenos hábitos, forma parte de un estilo de vida saludable, capaz de producir múltiples beneficios para el cuerpo, la mente y el espíritu.