Alberto Fernández, el armador político que llegó a ser Presidente

El perfil del hombre que le ganó a Macri en primera vuelta.

28 Oct 2019
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CRIANZA

Alberto Ángel Fernández tiene 60 años. Nació el 2 de abril de 1959 en Buenos Aires. Es hijo de Cecilia Pérez, quien, separada de su primer esposo, se unió a Carlos Pelagio Galíndez, que fue juez de la Nación y a quien considera su verdadero padre. Su progenitor biológico, con el que tuvo escasa relación, falleció durante el Mundial de Fútbol de 1978. Vivió parte de su infancia y adolescencia en el barrio porteño de Villa del Parque, cerca del estadio de la Asociación Atlética Argentina Juniors, club de fútbol del cual es hincha. En este barrio realizó hasta quinto grado de la primaria en la escuela República de México y el resto en la escuela Avelino Herrera. Cursó su secundaria en la escuela Mariano Moreno, donde fue delegado de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), de tendencia peronista.

FORMACIÓN

Se recibió como abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1983, con un promedio de 7,80. Allí fue profesor adjunto en la cátedra de Derecho Penal y Procesal Penal del exprocurador General de la Nación Esteban Righi. Desde 1985 es docente de la UBA. Actualmente dicta la materia Teoría General del Delito y Sistema de la Pena. Estuvo casado con Marcela Luchetti, de quien se divorció en 2005 y con quien tuvo un hijo, Estanislao, nacido en 1995. Desde 2014 está en pareja con la periodista y actriz Fabiola Yáñez.

PASOS EN LA POLÍTICA

Entró a la política de la mano del abogado y especializado en geopolítica Alberto Asseff, hoy candidato a diputado por el macrismo. Fernández se destacaba del resto, aunque, lejos de la liturgia K, no lo hacía desde un movimiento progresista. Llegó a ser presidente del ala juvenil del Partido Nacionalista Constitucional, fundado por Asseff, luego de su activa participación en la rama juvenil de ese espacio como orador y creador del afiche de campaña para las elecciones. No sólo estaba lejos de la épica setentista del kirchnerismo, sino que en 1983 acompañó la posición de su partido de no votar al candidato del peronismo, Ítalo Luder. Sorpresivamente, se fue del partido de un día para el otro, sin dar muchas razones. Ese mismo año se afilió al Partido Justicialista.

LOS 80

Durante la década del 80, Fernández se desempeñó como conjuez del juzgado federal de San Isidro y fue designado defensor oficial de Guillermo Fernández Laborde, socio del famoso Clan Puccio.

En 1985, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, fue designado subdirector general de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Fernández suele decir que una persona es el resultado de muchas cosas, y que él también es el resultado de Alfonsín, al que define como un hombre inigualable, de enorme generosidad.

Entre 1989, bajo la presidencia de Carlos Menem, fue superintendente de Seguros de la Nación hasta 1995, seis meses antes de la renuncia del ministro de Economía Domingo Cavallo.

En 1996 fue funcionario del gobierno bonaerense de Eduardo Duhalde, primero como presidente de Gerenciar S.A. y luego como vicepresidente del Grupo Bapro, hasta 1999. En esas funciones fue uno de los fundadores del Grupo Calafate, un “think tank” del que fue su coordinador, que apoyó las candidaturas presidenciales de Duhalde en 1999, y luego del gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, en 2003, como jefe de campaña. En esa mesa de de génesis también se sentaban Eduardo Valdés, Julio Bárbaro, Esteban Righi, Carlos Tomada y Kirchner.

En 2000 fue electo legislador de la Ciudad de Buenos Aires por la alianza Encuentro por la Ciudad, del ex ministro de Economía de Carlos Menem, Domingo Cavallo.

COMO JEFE DE GABINETE

Tras la victoria de Kirchner, Fernández renunció a su banca para ocupar el cargo de jefe de Gabinete desde el 25 de mayo de 2003. Fue el funcionario que más tiempo ocupó ese cargo, desde 2003 hasta 2008. Según La Nación, fue el vocero de los gobiernos kirchneristas en todas las instancias: desde la pulverización de la mayoría automática de la Corte Suprema cuando Néstor llevaba menos de 10 días en el poder, pasando por el divorcio del kirchnerismo de Eduardo Duhalde un año más tarde y el pago al FMI en 2006, hasta el escándalo de los dólares de Antonini Wilson semanas después de que Cristina asumiera; la pelea con el Grupo Clarín, la resolución 125 y el conflicto con el campo.

En 2005, siendo jefe de Gabinete, fue elegido presidente del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires.

Sus críticos le adjudican responsabilidad en algunas de las decisiones más controvertidas del primer período kirchnerista, como la intervención del Indec, el organismo que mide la inflación, que a partir de 2007 empezó a publicar cifras muy cuestionadas. Sobre el final del gobierno fue designado jefe de campaña de la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner para las elecciones de 2007.

En julio de 2008 renunció a la jefatura de gabinete del gobierno de Cristina tras la crisis por las retenciones a las exportaciones agropecuarias, que llevó a un paro patronal de 129 días. Él había sido el encargado del diálogo con la Mesa de Enlace para intentar destrabar el conflicto. Alberto salió del gobierno para “permitir que se oxigene la gestión”, según declaró en una carta rubricada por la palabra “sinceramente” (como el libro que CFK escribiría en 2019, inspirada por él) en la que solicitó la renovación del Gabinete. Fue reemplazado por Sergio Massa, que era intendente de Tigre.

CRÍTICO DEL KIRCHNERISMO

Tras su renuncia, se convirtió en crítico del kirchnerismo, defendiendo el mandato de Néstor Kirchner pero cuestionando el gobierno de Cristina.

El cuestionamiento más duro fue cuando a comienzos de 2015 escribió una columna en el diario La Nación, acusando a la entonces mandataria de haber tratado de encubrir a los autores del peor atentado en la historia argentina, la voladura de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) el 18 de julio de 1994. “Cristina sabe que ha mentido y que el memorando firmado con Irán sólo buscó encubrir a los acusados”, dijo.

POSKIRCHNERISMO

En 2010 no descartó ser candidato a presidente en las elecciones de 2011.

En 2012 presentó el Partido del Trabajo y la Equidad (Parte), la fuerza con la que intentó reconstruir una suerte de kirchnerismo “originario” a partir de la confrontación con el cristinismo.

En 2013 anotó su partido en el Frente Renovador, con Sergio Massa, y fue jefe de campaña para las elecciones legislativas. A ese espacio político también se sumó el partido de Felipe Solá y la versión bonaerense de Unión Por Todos, cuya cara más conocida era la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

En 2017 fue jefe de campaña de Florencio Randazzo y le pidió una PASO a Cristina junto a el ex ministro del Interior y Massa, pero la ex presidenta se negó.

-En enero de 2018 regresó al kirchnerismo tras reencontrarse con la ex presidenta, convirtiéndose en su vocero llamando a la unidad y al debate. Cambió su discurso crítico del kirchnerismo y, en una entrevista con La Nación, definió al primer mandato de Cristina Kirchner como “progresista” y al segundo de una “gestión débil”, y dijo que se encontró con “una Cristina más reflexiva”, y que era posible un acuerdo con el ex jefe de Gabinete Sergio Massa.

En febrero de 2019 fue nombrado integrante de la Comisión de Acción Política del Partido Justicialista.

El 9 de mayo Cristina Kirchner presentó su libro “Sinceramente” en la Feria del Libro de Buenos Aires. En dicha presentación, Cristina Kirchner agradeció a Fernández la idea de escribir un libro sobre su vida y su presidencia.

El 18 de mayo de 2019 Cristina anunció su fórmula electoral con Alberto Fernández como precandidato a presidente y ella a vice.

SIN PELEAS DEFINITIVAS

Nunca fue candidato salvo a legislador porteño. Hay una característica que tiene Fernández y es que nunca rompe los vasos comunicantes. Su cercanía con los Kirchner no significó que la relación con Duhalde se fracturara. Tampoco sucedió con Néstor Kirchner y uno de los nexos fue Máximo Kirchner, que también sirvió de canal de comunicación con Cristina. Tampoco se peleó con Massa, quien al enterarse de la candidatura de Fernández dio muestras de respeto pero sobre todo de cercanía.

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