Un país obligado a dialogar y convivir

Mauricio Macri promueve una transición ordenada. Alberto Fernández habló de diálogo. Y Cristina Kirchner trazó una demarcación política.

28 Oct 2019
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Mario Riorda

Consultor en Comunicación Política

Ya está. Hay presidente, están los gobernadores electos que faltaban y hubo discursos que dejan entrever algo del mañana. Mauricio Macri habló en tono de despedida, con un semblante que no parecía el de una derrota y cambiando su tono de campaña. Hasta hace horas planteaba que estaba en juego la democracia. Anoche planteó la responsabilidad temprana del diálogo, de llevar una transición ordenada mostrándose como un mandatario conciliador. Eso sí, avisó que este -su rol opositor futuro- recién comienzan, con un espíritu sano y responsable.

Luego habló Cristina Fernández de Kirchner. Remarcó la necesidad de unidad del espacio popular, para hoy y para mañana, y realizó un acto de demarcación política al presidente: dijo que su responsabilidad es decidir hasta el último día. Hizo hincapié en los números del dolor -estadísticas que antes enunció en un largo discurso Axel Kicillof-.

Y finalmente habló Alberto Fernández, el presidente electo. Incluir, inclusión. Palabras fuertes que usó desde el inicio. Una épica todavía electoral y bien popular, no opacaron la idea de colaborar con el presidente actual hasta el último día de su gobierno. Con un tono religioso afirmó que los argentinos deben parar de sufrir y esa era su tarea. Habló de todos los argentinos. Afirmó que su gobierno sería de la gente -remarcando un fuerte contraste con el actual oficialismo-

Así cerró la noche sin saber cómo será la Argentina de hoy. Un Macri derrotado que no negó su derrota. Un Fernández ganador que se mostró dialoguista, pero no dejando de marcar diferencias. Más allá de ello, el país, a juzgar por el resultado, está llamado al diálogo, obligado a convivir. Estos gestos, estas palabras, no fueron poca cosa en ese sentido.

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