Rocambole: un disco no tiene que ser solo un paquete de canciones

El mensaje es una obra artística que debe ser soportada por lo visual, lo poético y lo musical, según Ricardo Cohen. El aporte de la tecnología.

01 Nov 2019
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DESDE UN SIMPLE DIBUJO. Ricardo Cohen o Rocambole, que disfruta de lo artesanal, contó que su trabajo comienza con un lápiz o una birome.

DE NUESTRA REDACCIÓN EN TUCUMÁN.- Han pasado un poco más de 33 años de “Oktubre” y Ricardo Cohen recuerda que fue la tapa que mayores satisfacciones le dio. A él, y a Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota. Fue el segundo disco de la banda y Cohen, más conocido como Rocambole, dice que la idea era hablar de los procesos revolucionarios. “Los 60 fueron fatales, veníamos de esa época, una sopa donde pasaba de todo. Pero no sé qué fenómeno sucede para que una imagen se convierta en un símbolo y fuera un ícono. Me encuentro en esa frontera difusa entre el arte y el diseño”, le dijo a LA GACETA durante una entrevista en la que caracterizó al arte contemporáneo como hermético y decorativo.

“Desde La Cofradía de la Flor Solar, allá por los años 60, es que pensamos que una grabación que luego fuera disco no tenía que ser solamente un paquete de canciones, sino que tendría que ser una obra artística”, describió.

El artista se presenta con algunas de sus obras en el Centro Cultural Virla (Tucumán), en una muestra “con arte, diseño y contracultura”. Desde 1978 creó la parte gráfica de la banda Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. También trabajó con Miguel Cantilo, Jorge Senno, Attaque 77, Claudio Gabis y hasta en un compilado de temas de Frank Zappa. Además hizo tapas de discos de tango y de folclore.

- ¿Cómo fue trabajar con Los Redondos? ¿Cómo fue su trabajo para sintetizar en pocas imágenes, colores y líneas, las letras y la música de la banda?

- El desarrollo de las ideas de diseño para los envases de los discos fue paralelo a las condiciones de producción que se fueron dando en la medida en que, como grupo musical, se transformaran en un número masivo y eso dio la posibilidad de pensar en grande. En general casi siempre la idea primaria se trabajó colectivamente a partir de algún concepto previo, guión o relato expresado muchas veces por el Indio Solari; luego, cada cual a su tarea: la musical, la poética y, en mi caso, lo visual. El origen de lo que hago es casi siempre un dibujo hecho a mano con una birome o lápiz. Después lo escaneo, lo trabajo en color y utilizo algún software. En ocasiones hago una pintura y ese sería el original una vez fotografiado y digitalizado. Algunas cosas las imprimo y las vuelvo a trabajar a mano. Me interesa mucho el trabajo artesanal y a eso sumarle las posibilidades tecnológicas, con alternativas que se vuelven casi infinitas gracias a las variantes que jamás se podrían hacer de forma manual, como cambiarles el color a los dibujos 1.000 veces en un rato.

- Lo visual fue importante para el grupo...

-Ya desde la época de La Cofradía de la Flor Solar, un grupo platense de las primeras etapas del rock cantado en castellano, pensábamos que una grabación que luego fuera un disco no tenía que ser solamente un paquete de canciones. Tendría que ser una obra artística y que, como tal, fuera portadora de mensajes, incorporando todas las disciplinas artísticas que se pudieran. En el caso del disco pensábamos que su mensaje tendría que estar soportado por tres pilares que lo estructuraran: lo poético, lo musical y lo visual. Y que esa estructura estuviera ligada de tal manera que si faltare alguna de sus partes el mensaje quedara incompleto, no cerraba.

- ¿Qué es la contracultura?

- Habitualmente las sociedades se proyectan a partir de varios caminos y muchos de estos, a veces, corren paralelos. Tal el caso de la cultura donde habitualmente existe algo así como la cultura oficial, ampliamente aceptada por su entorno de contemporaneidad, y la cultura subterránea o under. En la década del 60 muchas corrientes ideológicas comenzaron a pensar que una sociedad crecientemente ensordecida en su camino hacia la destrucción del planeta debía tener algún freno o, a lo sumo, una advertencia Aquí hay caminos contraculturales a cuyos planteos muchas veces he adherido. En mis realizaciones apelo a subjetividades, pero en estos tiempos el impulso subjetivo en el arte ha quedado relegado.

Difusa frontera entre las artes plásticas y el diseño

“Mi intervención en los circuitos herméticos del llamado arte contemporáneo es nula; tampoco ese mundo me registra a mí. Mi intervención es en el mundo de las imágenes reproductibles que se difunden en masa. Estoy en esa frontera difusa que transcurre entre las artes plásticas y el diseño, los diseñadores profesionales desconfían de mí porque provengo esencialmente del dibujo y los artístas plásticos no me aceptan porque lo mío es ‘ilustración’. Suelo confundirme cuando voy a exposiciones y veo a las artes plásticas cada vez más decorativas y es en muestras de diseño o arquitectura donde observo proyectos más y más ‘expresivos’”.

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