Sáenz, el dirigente que saltó la grieta para quedarse con la gobernación

El gobernador electo se mantuvo al margen de la elección nacional y mostró cautela cada vez que le pidieron definiciones sobre adhesiones a candidatos por la presidencia.

11 Nov 2019
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FOTO LA GACETA

Gustavo Sáenz duplicó y hasta triplicó a sus competidores. Obtuvo una victoria categórica que le permitió convertirse en el gobernador electo de la provincia y sucesor de Juan Manuel Urtubey.

La victoria del intendente capitalino se sustenta en dos claves: la campaña incesante que arrancó Sáenz en 2013 y haber salteado la “grieta” focalizando su campaña en la provincia y los intereses de los salteños. Después de perder su banca en el Senado de la Provincia, el dirigente supo reconvertirse creando un partido político y retomando la militancia de base en los barrios de la ciudad.

Teniendo en cuenta el cronograma electoral y el desdoblamiento de las elecciones que nos hizo pasar cuatro veces por el cuarto oscuro a los salteños, Sáenz supo mantener la compostura para no salirse del esquema y no terminar manifestando su apoyo por uno u otro candidato a la presidencia del país. Alfredo Olmedo intentó copiar esa fórmula pero no le resultó. Sergio Leavy siempre aseguro ser “el hombre” de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner para conducir la provincia.

En la Capital Sáenz consiguió 188.965 votos, lo que significa 4.218 sufragios más de los que sacó el “Oso” Leavy en toda la provincia

Desde que llegó a la intendencia Sáenz forjó fuertes lazos con los funcionarios del gobierno nacional. El contacto fluido con algunos ministros de Mauricio Macri le permitió atraer fondos que el municipio implementó en obras públicas para mitigar inundaciones en distintas zonas de la ciudad y mejorar la calidad de vida de algunas barriadas postergadas. Esas gestiones más políticas ambientales vinculadas a la erradicación de los carreros y la construcción de un hospital público de mascotas se transformaron en caballos de batalla de la gestión y la campaña.

TRANSICIÓN. Urtubey recibió a Sáenz un día después de los comicios. FOTO LA GACETA

Cuando resultó el candidato más votado en las primarias del 6 de octubre, Sáenz expresó que trabajaría con el futuro presidente “sea el que sea codo a codo, pero defendiendo siempre los intereses de Salta y los salteños” y esto se evidenció ayer. En su primer discurso, el gobernador electo agradeció a Alberto Fernández por los saludos enviados y al gobierno nacional por haberlo ayudado sin presionarlo.

Para confirmar que Sáenz nunca estuvo en ninguno de los polos de la grieta hay que recordar que PAIS, su partido político, formó parte del armado de Consenso Federal en la provincia. Es decir, técnicamente apoyaba a la fórmula de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey, pero Sáenz supo surfear sobre la ola de la coyuntura política y salir airoso.

Con una impronta peronista, pero más aggiornada a los nuevos tiempos, Gustavo Adolfo Ruberto Sáenz edificó el triunfo sin tanta doctrina pero con mucho pragmatismo. Pragmatismo que le permitió doblar en votos al candidato kirchnerista.

Sáenz asumirá el 10 de diciembre como gobernador de Salta. Su mandato culminará en 2023

Finalmente, para entender el triunfo del nuevo gobernador no puede obviarse un dato crucial. Sáenz hizo del departamento Capital su principal bastión político.

En la principal jurisdicción de la provincia, dónde votaron 311.027 personas, más de la mitad lo eligió. Solamente en este punto de la provincia Sáenz consiguió 188.965 votos, lo que significa 4.218 sufragios más de los que sacó el “Oso” Leavy en toda la provincia.

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