El 70% de los esclavos en el mundo son niñas y mujeres

Hay 40 millones de personas que viven en condiciones de explotación y servidumbre.

02 Dic 2019
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VULNERABILIDAD. Uno de cada cuatro víctimas de trabajo forzoso es un niño, dice el informe. reuters

Urmila Bhoola

Relatora especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de esclavitud

GINEBRA, Suiza.- Las formas contemporáneas de esclavitud aún prosperan en el mundo actual. Según la Organización Internacional del Trabajo, 40,4 millones de personas estaban en una situación de esclavitud moderna en 2016, incluidos 25 millones de personas que llevaban a cabo trabajos forzosos.

Una de cada cuatro víctimas era un niño y más del 70% de todas las víctimas eran mujeres y niñas. Muchos continúan beneficiándose de estos crímenes, destruyendo las vidas de las personas más vulnerables.

A nivel mundial, unos 16 millones de personas padecen explotación en la economía privada, como en el trabajo doméstico, la construcción, la industria manufacturera, la agricultura, la silvicultura y la pesca. Un 98% de las mujeres y niñas sometidas a trabajo forzoso ha experimentado violencia sexual.

Conocí a mujeres, hombres y niños, víctimas de trabajo forzoso, en condiciones de servidumbre, trabajo infantil explotador, esclavitud basada en la ascendencia, matrimonio forzoso y trata de personas. Las víctimas fueron afectadas por experiencias de aislamiento, humillación o simple crueldad. La mayoría sufre en silencio debido a la naturaleza oculta de la esclavitud.

En Argentina, durante la última década, las agencias gubernamentales y las organizaciones de la sociedad civil han documentado casos de trabajo forzoso y trata con fines de explotación laboral y sexual. Las víctimas eran trabajadoras domésticas, trabajadoras sexuales, personas empleadas en la agricultura, así como aquellas que trabajan en la industria de la confección textil, fábricas de ladrillos y otros sectores de la economía.

Muchas veces, las víctimas de esclavitud moderna son endeudadas, por ejemplo si son migrantes que tratan de huir de su país de origen pagando viajes costosos. Según un informe publicado en el 2017, el 18% de todas las víctimas de la trata en Argentina eran niños.

Cerca del 70% de las víctimas de la trata con fines de explotación laboral eran migrantes.

En 2019, la ONG con base en Australia Walk Free, colocó a la Argentina entre los 10 países que han tomado más medidas para luchar contra las formas contemporáneas de la esclavitud. Son pasos alentadores. Sin embargo, se necesita acción de manera drástica a nivel mundial. Unas 10.000 personas deben ser liberadas cada día si se quiere erradicar las formas contemporáneas de esclavitud para 2030, como proponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En las próximas décadas, la vulnerabilidad a la esclavitud se incrementará. Para 2030, el 85% de los 25 millones de jóvenes que ingresan a la fuerza laboral a nivel mundial estarán en países en desarrollo y emergentes.

Sus perspectivas para acceder a empleos que ofrecen trabajo decente determinarán su nivel de vulnerabilidad a la explotación y la esclavitud. Para 2050, aproximadamente 143 millones de personas se enfrentarán a la migración interna debido al cambio climático, lo que también aumenta su vulnerabilidad.

Tomar responsabilidad

Los gobiernos, el sector empresarial y otras partes deben actuar con base en la evidencia. Los Estados deben garantizar la recopilación sistemática de datos y comprometer recursos suficientes para prevenir y eliminar las formas contemporáneas de esclavitud para 2030.

La inversión en las comunidades locales es un componente esencial para reducir la vulnerabilidad a la esclavitud. Deben establecerse mecanismos de protección eficaces para que las víctimas puedan acceder a la justicia y reconstruir sus vidas con dignidad.

Los Estados también deben demostrar tolerancia cero a la impunidad investigando y procesando a más autores de formas contemporáneas de esclavitud. Los sobrevivientes deben desempeñar un papel activo en todos los procesos que los afectan. Ellos saben mejor cuáles son sus necesidades y qué estrategias podrían funcionar.

Finalmente, todos tenemos un impacto como consumidores: al tomar decisiones informadas para acceder a bienes y servicios podemos ayudar a erradicar las formas contemporáneas de esclavitud, a menudo ocultas en las cadenas de suministro.

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