Una nueva era salvaje en la represión de América latina

02 Dic 2019

Los tuertos que deja la represión en Chile, a los que se suman los muertos tras el golpe de Estado en Bolivia y un estudiante fallecido en Colombia, marcan el inicio de una nueva era en la represión de América Latina, caracterizada una vez más por el salvajismo del Estado.

Salvo algunas diferencias, la violencia de estos días se parece a muchas de las represiones de las décadas del 70 y del 80 del siglo pasado, ocurridas bajo furiosas dictaduras militares.

Tal vez la gran distancia que existe entre esta época y la mencionada anteriormente, es que en la actualidad todo está sucediendo con gobiernos en los que existe la división de poderes del Estado, aunque en el caso de Bolivia hubo una manifiesta alteración del orden constitucional.

En las calles de Santiago, la violencia llegó a niveles que no se registraban desde el retorno a la democracia, en 1990. “Lo que está sucediendo en Chile me asusta”, dijo el Papa Francisco.

El estallido social que empezó hace seis semanas en Chile causó la muerte de, al menos, 26 personas, cinco de ellas con participación directa de agentes del Estado. A este cuadro se suman 2.800 heridos, incluidos unos 300 con trauma ocular severo, señalaron fuentes del Colegio Médico de Santiago.

“Hay cientos de informes sobre el uso excesivo de la fuerza en las calles y abuso a los detenidos, incluidos brutales palizas y abuso sexual, que deben investigarse rápidamente para garantizar el acceso de las víctimas a la Justicia”, dijo el director de Human Right Watch (HRW), José Vivanco.

HRW denunció, por ejemplo, que los cartuchos de gases lacrimógenos se lanzan directamente contra el cuerpo de los manifestantes.

Bolivia es otra página trágica. Evo Morales renunció a la presidencia después de que la Organización de Estados Americanos estimara que durante la primera vuelta, se cometieron “graves irregularidades” que obligaron a anular los comicios.

Morales denunció un golpe de Estado y obtuvo asilo político en México. Sin embargo, tras la toma de posesión de la autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez, se desató una campaña de represión y de revanchismo contra los seguidores del MAS, que dejó más de 35 muertos.

En una cuestionada decisión, Áñez les garantizó inmunidad penal a las fuerzas de seguridad por cualquier acción tomada en defensa del orden público. Aunque tuvo que dejar sin efecto esta medida ante las protestas de la oposición y las denuncias de HRW y Amnistía Internacional, Añez, condecoró a varios militares de alta jerarquía por su desempeño en la represión

Colombia es otra punta de este estallido social: en las principales ciudades de ese país sindicatos y estudiantes marcharon para exigir un cambio en la política económica del gobierno de Iván Duque. El 25 de noviembre, el joven Dilan Cruz, de 18 años, murió al recibir una “bomba aturdidora” durante una protesta en Bogotá. Ese mismo día, la víctima debía haber recibido su título de bachiler.

Las municiones “Bean Bag”, usadas por el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la policía de Colombia, son las mismas que utilizan los Carabineros de Chile.

La ONU dice que este tipo de armas (que concentra gran cantidad de perdigones) debe ser disparada directamente contra el abdomen o las piernas de un individuo, para no ocasionarle lesiones más graves. Si en otros tiempos se creía que el poder de los militares había muerto para siempre en América Latina, hoy la realidad parece demostrar lo contrario, como en el caso de Bolivia y también en la represión de Chile.

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