Una mujer en la Jefatura de Policía: qué puede cambiar

En 194 años, la policía de Salta jamás tuvo bajo el mando de una mujer. ¿Cómo repercutirá esto en las mujeres?

12 Dic 2019
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El hecho fue promocionado, de antemano, como “histórico” y en cierta forma lo es: después de 194 años la policía de Salta tiene por primera vez a una mujer al mando de la institución.

El acto de asunción de Norma Morales contó con la parafernalia a la altura de lo anunciado: funcionarios y prensa, bombos y platillos.

Pero más allá de la puesta en escena, está claro que no le será nada fácil a Norma comandar una fuerza que no está acostumbrada a recibir órdenes de mujeres; por otra parte también se hizo evidente que una mujer al mando de la policía no redundará de manera necesaria e inevitable en una fuerza más humana, ni siquiera en una policía con una mayor contemplación hacia las mujeres. 

El discurso de Norma Morales fue simple. Repasó su carrera policial (ingresó a la fuerza como oficial subayudante en 1991) y destacó que en estos 29 años de servicio recorrió  todas las unidades regionales de Salta. Así conoció las problemáticas de los distintos sectores.

“Este cargo lo asumo con total desafío y entereza, porque soy una mujer formada en valores, íntegra en espíritu y fortalecida en Dios”, dijo.

Minutos después, ya sin el discurso escrito, fue abordada por la prensa y habló de algunos temas escabrozos. Se le consultó, por ejemplo, sobre la capacitación por los distintos casos de “gatillo fácil”.

“En lo que es la policía, constantemente se capacita, en distintas áreas, para brindar un mejor servicio a la seguridad respetando los derechos humanos de los ciudadanos”, dijo.

Surgieron, entonces, los nombres y apellidos de Nahuel Salvatierra y Cristian Gallardo.

La flamante jefa de la policía primero dijo que no sabía a qué se refería, luego rearmó la respuesta: “Los distintos hechos están debidamente judicializados, los efectivos separados de la fuerza, independentemente hay un protocolo de intervención”, dijo.

En los últimos días también se había generado una fuerte controversia sobre lo que pasaría con las áreas de lucha contra la violencia hacia la mujer. Algunos sectores habían interpretado que caía bajo la órbita del Ministerio de Seguridad y criticaban esta decisión. Hoy el mismo gobernador Gustavo Sáenz se encargó de enfatizar que la lucha contra la violencia seguirá en Derechos Humanos y que se realizará un abordaje interdisciplinario, que incluirá al área de seguridad.

Pero una pregunta realizada a la nueva jefa de la policía generó cierta preocupación. Se le preguntó, concretamente, por las esposas de oficiales que mueren por disparos de armas reglamentarias.  Los casos han sido numerosos. Las investigaciones suelen concluir caratuladas como “suicidios”; en una ocasión se habló de accidente a un policía que disparó dos veces su arma y con el segundo disparo mató a su esposa.

“No sé si usted lo dice, pero yo desconozco esos hechos”, dijo la nueva jefa de la policía.

Cuando fue presentada, el gobernador habló de una sensibilidad distinta.  Será algo que Norma Morales aún debe probar.


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Gustavo Sáenz
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