Año Nuevo, vida nueva; pero esta vez que sea de verdad

¿Qué se necesita para lograr una verdadera transformación? Consejos de expertos y de personas que lo han logrado.

22 Dic 2019

Fue una noche de verano. Estaba acostado y sintió que no podía ni respirar. Dormía casi sentado, con 10 almohadas en su espalda. Ya no podía seguir así. “Tenía solo 22 años y me iba a morir en cualquier momento”, confiesa Lucas Sardi, que en ese momento pesaba 146 kilos, tomaba una botella de cerveza y fumaba un paquete de cigarrillos por día. Si caminaba una cuadra se agitaba. Si salía a comer necesitaba tres a cuatro sánguches de milanesa para sentirse satisfecho.

En diciembre de 2017 su papá le habló sobre la operación de bypass gástrico y, entonces, empezó a meditarlo. “Necesitaba hacer un cambio porque estaba tocando fondo. Me fui de vacaciones con mis amigos pensando que en 2018 quería patear el tablero y tener una nueva forma de vida. Volví y en febrero concerté una entrevista para hacer realidad mi decisión”, cuenta el joven estudiante de teatro.

ANTES. Lucas cuando pesaba 146 kilos y tenía que dormir sentado.

Han pasado casi dos años desde que se planteó el desafío de cambiar su vida. Y asegura que no se arrepiente. Prácticamente se sacó de encima una persona. Ahora pesa 67 kilos menos, ha dejado el cigarrillo, hace ejercicios todos los días y puede dar rienda suelta a su pasión, el teatro, sin el temor de quedarse sin aire en medio de una obra. Como si fuera poco, encontró el amor. “Soy otra persona; he vuelto a nacer”, resume.

Cambios

Como Lucas, son muchas personas que se proponen hacer un cambio cada vez que finaliza un año y arranca otro nuevo. El cierre de un ciclo se presenta como un buen momento para hacer un balance de objetivos personales y plantearse proyectos. Lo saben perfectamente los nutricionistas y neumonólogos que ayudan a dejar el cigarrillo. Diciembre, enero y febrero son meses de muchas consultas. La gente empieza a pensar en cambiar su estilo de vida, incluso de pareja. Hay quienes deciden renunciar a su trabajo y encarar proyectos propios. Otros se proponen viajar más. La lista es larguísima.

“Es un momento de análisis y de esperanza”, explica Patricia Gálvez, coach y consultora estratégica de equipos directivos en empresas privadas y proyectos internacionales.

No obstante, la experta hace una diferenciación entre hacer cosas diferentes y hacer un verdadero cambio. En este último caso, tiene que ver con un movimiento tanto externo como interno, que involucra incorporar nuevos valores y principios, una evolución de la persona.

El tema es cómo hacer que esos objetivos, ese cambio que tanto queremos sea alcanzable y no quede dentro de un cajón imposible de abrir.

Cuatro claves

Según Galvez, necesitamos cuatro cosas para una transformación profunda: inconformidad con el estatus quo, visión de futuro, planificación y evaluación. “No creo en las motivaciones externas. Los cambios surgen de una decisión interna, una elección tan válida como también lo es no querer cambiar”, explica.

“También debemos asumir que todo cambio tiene su costo-beneficio. Muchas veces la poca posibilidad de cambiar que tenemos las personas es porque creemos que los cambios no llevan costos implícitos. Una cosa a tener en cuenta: si los costos serán más grandes que los beneficios puede que no tengamos la energía suficiente para enfrentar la transformación. Por eso hay que planificar bien y ser honestos con uno mismo”, sostiene.

Luego añade: “es necesario ver qué quiero lograr, cómo me quiero sentir en un futuro. También son muy importantes los primeros pasos que voy a dar. No está bueno pretender dar pasos muy grandes porque probablemente quedemos a mitad de camino. Piensa en grande, actúa en pequeño, plantea un viejo dicho canadiense”.

Además, según la coach, hay que saber que siempre aparecerán resistencias, conscientes e inconscientes. Y hay que planificar qué haremos con ellas. “Todo ser humano se resiste al cambio. El órgano más vago que hay en el cuerpo es el cerebro; para funcionar necesita automatizar”, explica.

Para Galvez, hay que tener en cuenta este detalle: los cambios sostenibles son los que nos permiten ser mejores personas, no son cortoplacistas y movilizan mucho nuestro interior; involucran nuestro cuerpo, la cabeza y todas las emociones. “La evaluación en el camino es fundamental. Cuanto logré, en qué fracasé… hay que aprender y desaprender muchas cosas”, plantea.

Cada año nuevo es el renacer de la esperanza, de reflotar sueños queridos y valiosos, de sentir que se puede, plantea la psicóloga experta en Recursos Humanos, Graciela Chamut. “Todos los cambios son posibles”, opina. Y aconseja: “ no hay que caer en la trampa de llevar al nuevo lugar las viejas malas emociones, la desconfianza, el enojo, el cansancio, las quejas, los prejuicios, la necesidad de ser reconocido, de tener razón… la lista es larga. Es bueno desarrollar la capacidad para darnos cuenta que somos nosotros quienes creamos el ambiente en que vivimos. Y que siempre, puede ser modificado”.

“Se puede”

¿Qué necesitamos para que realmente año nuevo pueda ser vida nueva?, le preguntamos a Lucas Sardi. Es esencial estar motivado, dice. En su caso, haber tocado fondo fue la situación que motorizó un gran cambio. “Estaba muy decidido a ser otro”, dice.

También resalta que es necesario buscar ayuda. “Muchas veces cuando querés hacer una gran transformación necesitás contención. Y mucha paciencia. Necesitas entender que nada es de un día para otro. Hay que hacer una planificación e ir viendo de a poco los resultados”, resalta.

En su caso, tuvo que esperar seis meses para la operación. En este tiempo empezó a buscar un equilibrio en su vida, a comer más saludable y a cuidarse. El día de la operación estaba ansioso, convencido de que iba a aprovechar esta nueva oportunidad que le daba la vida. Recuerda que los primeros días fueron duros. Tuvo que aprender a realimentarse. Y hasta el día de hoy tiene que cuidarse para no recaer.

“Tengo mucho miedo de volver a ser gordo. Mirá cómo era antes”, dice mientras muestra una foto de su celular en la que está irreconocible.

Ahora que pesa 80 kilos, entra a un negocio y se compra lo que quiere, no lo que los vendedores le dan. Ahora puede cruzar las piernas y no se agita en los ensayos.

“Logré dormir la noche entera y con una sola almohada. Juego al fútbol, que es lo que más amo. No soy bueno, pero lo estoy intentando”, resume.

“Siento que volví a nacer”

Preparando un nuevo cumpleaños

Alfredo Alvarez también cree que hay que tocar fondo para lograr un verdadero cambio. El había llegado a pesar 157 kilos  y casi no podía moverse por un problema en la cadera y en el fémur. Decidió cambiar su vida con una operación de bypass gástrico y ya bajó 60 kilos. “Todo fue muy sacrificado pero vale la pena. Siento que volví a nacer; ahora tengo ganas de hacer cosas. En marzo cumplo 55 años y voy a festejar esta nueva oportunidad que me dio la vida”, resume. La nutricionista Eliana Puertas, que acompañó a Alfredo y a Lucas Sardi en sus procesos de cambio, cree que los verdaderos cambios a veces llegan de la mano de la desesperación. Y siempre es necesario el apoyo profesional y de la familia y amigos

Investigación

Claves para cumplir los buenos propósitos

Investigadores de la universidad británica de Hertfordshire han descubierto las claves para lograr cumplir los buenos propósitos para el año nuevo, según publicó el diario The Guardian. La investigación  apunta que algo tan simple como formular en voz alta aquellos aspectos en los que queremos mejorar antes de la noche de fin de año incrementa las posibilidades de que trabajemos para su consecución durante el año que comienza. También ayuda mucho marcarse objetivos concretos con finalidades claras y prometerse un premio. Hay que contárselo a los allegados, que ejercen una importante presión social que te empuja a esforzarte, dice el trabajo. ¿Cuáles son los propósitos más comunes de año nuevo? Dejar de fumar, bajar de peso, hacer ejercicio físico, romper una relación y buscar una nueva pareja.

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