Y vos... ¿dónde ponés tu plata?

Por Regina Martinez Riekes / Occilis Soluciones Financieras.

05 Ene 2020
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La ola “mepista”

“Con el peronismo vamos a ganar plata como siempre, pero el país terminará detonado”, compartió su visión quien hace más de 40 años camina por los pasillos de la city porteña, mientras alzaba su copa de Barón B en sus luminosas oficinas sobre calle 25 de Mayo. El ambiente de fin de año era distendido, relajado, bastante lejano de las enloquecidas semanas post- PASO. 

“Es que en un mes con Alberto hicimos más plata que en los cuatro años de Macri”. Porque hoy el negocio cambió. Ya no se trata de armar posiciones estratégicas pensando en el largo plazo. Hoy tener dinero es un problema y la gran mayoría de los argentinos busca desesperadamente cómo protegerlo. De esa forma surgen los huecos y es así como el negocio de dólar mep o dólar bolsa, anteriormente reservado para gente de mercado, pasó a ser la vedette de estos últimos tiempos. 

A esta ola “mepista” se subieron todos: emprendedores, asalariados y cualquiera que pueda justificar sus ingresos busca hacerse de los billetes pagando un precio debajo del blue. Incluso, grandes contribuyentes comenzaron a “prestar” su capacidad fiscal y sus cuentas comitentes a quienes sin poder justificar el origen de sus fondos, quieran hacerse del tan codiciado billete verde.  Una consecuencia de mayor cepo e impuestos es acentuar la corrida contra el peso. 

Ya lo dijo hace 500 años Thomas Gresham: la moneda buena (dólar) es la que se usa para atesoramiento y desplaza a la moneda mala (pesos) de la cual todos quieren desprenderse.

“Rolleo” amigable

“Prefiero que nos rolleen amigablemente y no que emitan pesos y bajen las reservas en dólares. Es el mal menor”, tipea en su Whatsapp la portfolio manager de una compañía de seguro líder del mercado local desde sus oficinas en Villa Crespo. 

En este acalorado chat se acababa de conocer que el gobierno nuevamente había comenzado a “invitar amigablemente” a grandes inversores a participar de licitaciones de letras de corto plazo. Con tasas por debajo del rendimiento de corporativos de mejor calidad crediticia, vuelve una práctica conocida del kirchnerismo porque “el reperfilamiento en pesos fue un error y se busca priorizar el pago de deuda local”, aunque sea bajo condiciones poco atractivas. 

En mercado secundario, “¿qué bono en pesos me gusta? TC20 si lo pagan. Le resta subir por paridad más inflación. Pero es una apuesta de riesgo, no apta para cardíacos”, remata la encargada de la Mesa de un Banco.

Riesgos altos

Escondido detrás de sus múltiples monitores y agarrando su mousse con cierto desgano, un operador de bonos corporativos añade: “yo estoy abriendo una cuenta blue en Estados Unidos. La pienso fondear en cada viaje, llevando de a U$S 10.000”. La cuenta no está en un gran banco, con amplia trayectoria en manejo de banca de inversión, sino en un banco regional de segunda línea. 

Estados Unidos aun no firmó con Argentina un acuerdo de intercambio de información que opere de forma automática. Es decir, existe intercambio de información, pero debe ser específica sobre el contribuyente del cual se sospeche evasión fiscal. No olvidemos que en América Latina solo México, Brasil y Colombia hicieron este acuerdo automático. 

Un riesgo demasiado alto que algunos argentinos decidieron correr. Es que en la desesperación por evadir y eludir al fisco se vieron movimientos poco racionales en el último mes.

La foto del 31

“Estoy bajando los dólares cable a mi caja de ahorro para no pagar bienes personales”. Eso implica desarmar posiciones en el extranjero y “canjear” dólar cable (divisa) por dólar mep (argendolar) para la foto del 31 de diciembre. La misma irracionalidad en la obsesión de ahorrarse la alícuota de 1.5% llevó a subirse tarde a la ola alcista que se da en bonos soberanos hacia fin de cada año (este diciembre con subas de entre 30% y 40% en dólares). 

Quienes optaron por esta opción perdieron en una sola rueda el equivalente a los impuestos de cinco años. Duele pagar tan alta carga tributaria a la que el sector privado define como “confiscatoria”. La presión fiscal está en 38%, pero si se ajusta por la economía informal, ese porcentaje se eleva a un 55% del sector formal, explica el economista Fausto Spotorno. Insostenible.

Luz amarilla

Desde sus paquetísimas oficinas sobre la calle Alvear, un tiburón de todos los mares cierra: “acordate que la historia demuestra que todas las grandes revoluciones las hicieron las pequeñas burguesías y siempre tuvieron de trasfondo conflictos impositivos”. Ya se conoce que desde la red social Twitter, muchos contribuyentes incitan la “rebelión fiscal”, dato no menor si se considera que los votantes del oficialismo solo representan un 20% del consumo, mientras que los votantes de la oposición, el 80% restante. 

¿Logrará por lo tanto el Gobierno la tan aclamada reactivación de la economía fomentando el consumo? Luz amarilla en este verano. A despegarse la arena de los deditos y no soltar el celular. Todavía no pasaron los primeros 100 días de un gobierno que aún tiene varias pruebas que superar.

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