Crítica: “Perdidos en el espacio”

Serie / por Netflix

Puntuación: buena

El salto de calidad es notorio en la segunda temporada de “Perdidos en el espacio”. Suele suceder cuando una serie se sacude la obligación de presentar a sus personajes, pero también es cierto que hay un mayor respaldo de Netflix -básicamente desde lo presupuestario- y eso le permitió al show desarrollar una puesta más lucida y ambiciosa. Los 10 capítulos fluyen a todo vapor, mientras las aventuras de la familia Robinson rebotan de aquí para allá en la inmensidad del cosmos.

El cliffhanger de la primera temporada había quedado determinado por la desaparición del robot, así que la segunda parte arranca con la obsesión del pequeño Will (Maxwell Jenkins) por volver a hacer contacto con su amigo cibernético. A la par van desarrollándose las historias de sus padres (Molly Parker y Toby Stephens) y de sus hermanas (Taylor Russell y Mina Sundwall). Don West (Ignacio Serricchio) sigue jugando el rol del contrabandista simpático y buscavidas, mientras que Parker Posey mantiene el rol de villana en la piel de la ambigua doctora Smith. La estructura de personajes se mantiene fiel, lo que es un acierto tratándose de una historia que reúne una doble adaptación: de la novela decimonónica de Johann David Wyss y de la inolvidable serie de TV de los 60. La fórmula sigue funcionando: acción, algo de suspenso y ciencia ficción para toda la familia.