Emojis: los lingüistas festejan su aporte a la comunicación

Los iconos son capaces de mejorar la agilidad y los matices comunicativos. Qué dicen los expertos.

06 Ene 2020
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NÚMEROS. El servicio de WhatsApp dispone de más de 1.510 emoticones.

Recientemente elegidos como la “Palabra del Año” por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), los emojis y los emoticones han ganado terreno en el mundo digital como símbolos capaces de condensar nuestras palabras y pensamientos.

Acorde con la opinión de lingüistas, estas nuevas herramientas le aportan a la comunicación un plus de emocionaldiad. En especial, al amortiguar la carencia de gestualidad paraverbal del lenguaje escrito.“Puede que los emojis sean el lenguaje universal más cercano que creó la humanidad”, comentó Mario Tascón, presidente de la institución internacional durante el Congreso de las Academias de la Lengua, llevado a cabo en Sevilla (España), el año pasado.

No obstante, esta rápida extensión gráfica también tiene sus disidentes. ¿Estamos hablando de un elemento que precariza las formas de expresión? “Los emojis no sólo agregan emoción a las palabras sino también la pista para entender que la conversación se lleva a cabo en un escenario distendido. En un espacio amigable. Desde mi punto de vista me parece que enriquecen los diálogos”, detalló Silvia Ramírez Gelbes -directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés- a la agencia de noticias Télam.

Además, la autora de “Ortografiemos” y “El discurso híbrido. Formas de escribir en la web” definió que la comunicación híbrida (aquella que se comparte en las redes sociales y los chats de WhatsApp) repone la ausencia de la entonación y el lenguaje kinestésico a través de los emoticones.

Por su parte, José Luis Moure negó cualquier distorsión expresiva por culpa de los pequeños iconos. “Los emojis tienen una capacidad comunicativa restringida y puntual. No me parece que exhiban una complejidad considerable. Salvo la que surge de la eventual ambigüedad de alguno de ellos en relación a un contexto preciso”, sentenció el vicepresidente de la Academia Argentina de Letras al referirse a otra cuestión que divide las aguas virtuales.

¿La concisión que imponen los emoticones, aumenta las posibilidades de un malentendido? “Naturalmente, los emojis carecen de otros recursos de desambiguación como los movimientos y el tono. Pero la imprecisión o la falta de coherencia puede manifestarse igualmente en una charla entre conocidos. Y, a veces, con deliberación”, agregó el académico.

Antepasados gráficos

Al hablar de “primeras creaciones” el origen de esta herramienta nos conduce a Japón y la marca Docomo, una empresa telefónica que, en 1995, creó una versión precaria de estos símbolos para incrementar su afluencia de usuarios jóvenes.

En esta línea evolutiva, los primeros emoticones enviados respondían a signos de puntuación que debían leerse con la cabeza un poco inclinada.

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