Vuelos narcos en Salta: historia, mitos y verdades

Hasta ahora las avionetas aterrizaban o despegaban de pistas clandestinas del interior.

30 Ene 2020
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El secuestro, en México, de una avioneta con casi una tonelada de cocaína, que había despegado de Salta, generó grandes repercusiones. Por eso vale la pena realizar una cronología de la evolución de los “narcovuelos” en Salta, para ver qué patrones se repiten y qué es lo realmente inédito en el caso que conmocionó ahora a la provincia y al país.

2014: Lluvia blanca

Salta siempre fue considerada una provincia de paso. Hasta hace unos años, los vuelos narcos tenían algo de mítico: alguien juraba avistar una aeronave, pero había pocas precisiones. En un par de ocasiones de esos aviones se arrojó cocaína, que cayó en suelo salteño. Llovía cocaína, literalmente, sobre Salta. Sin radares, sólo había presunciones, hipótesis. Pero nada más.

Hasta que en 2014 una avioneta narco se estrelló en Anta.

El 19 de noviembre una avioneta se estrelló en un campo de Anta. Fallecieron sus dos ocupantes. La Policía encontró 215 kilos de cocaína en inmediaciones a la nave.

La avioneta se estrelló en Finca San Severo; sus ocupantes estaban incinerados. Después se supo que eran dos ciudadanos de nacionalidad boliviana. Aún se desconoce cuál era el destino de la aeronave.

En aquella ocasión LA GACETA dialogó con el Ministro de Seguridad de la provincia, Alejandro Cornejo, quien aceptó: “no tenemos recursos para la vía aérea.”

2015: Un año bisagra

La noche del  25 de junio de 2015 la Policía de Salta recibió información de puesteros de la zona sobre una avioneta que sobrevolaba el municipio de Joaquín V. González. Efectivos salieron a patrullar la zona (en sus autos) y a las dos de la mañana encontraron la aeronave, sin ocupantes, cerca de un camino vecinal. Lograron detener a dos personas y en el avión encontraron cuatro kilos de cocaína compactada en envoltorios de tipo "ladrillo", entre sus prendas.

El perfil de los dos jóvenes pilotos bolivianos, capturados el martes por la policía luego de que abandonaran una narcoavioneta en Joaquín V. González, no coincide con el de otros narcos arrestados en nuestra provincia.

Se trataba de Nilo Suárez Torrez y Carlos Ernesto Torrico Ortíz, de 19 y 18 años respectivamente. Según informaron fuentes judiciales, los jóvenes de nacionalidad boliviana se abstuvieron de declarar y fueron trasladados a la cárcel Federal de Güemes.

Uno de ellos era estudiante de medicina, el otro cursaba la carrera de veterinaria y ambos habían estudiado para ser pilotos.

La avioneta secuestrada esa semana en Joaquín V. González ya había protagonizado en Bolivia otro hecho vinculado con el narcotráfico en el año 2009. El Cessna, patente CP-2558, fue capturado en marzo de ese año con más de 300 kilos de cocaína de alta pureza cerca de localidad de Yacuiba.

Según informaron medios del vecino país, las autoridades estimaron el valor del cargamento en 2.000.000 de dólares y tanto el piloto como el tripulante de la aeronave fueron detenidos.

Bilbao Román Mayube y el copiloto Willy Ricaldi Rossi fueron trasladados a una cárcel de Santa Cruz y según las investigaciones tenían como objetivo trasladar la droga hacia Argentina o Paraguay.

El tema se volvió nacional y trascendieron algunos datos importantes: en la Argentina había, en ese 2015, 1500 pistas clandestinas. Por año se detectaban 400 vuelos narcos que no pueden ser interceptados. Arrojaban (arrojan) , desde aeronaves, cientos de estupefacientes en la “triple frontera” que conforman Tucumán, Salta y Santiago del Estero.

Vinculación con la política


En marzo de 2018 se realizó un juicio en el que se ligó el poder político con los vuelos narcos.  

El caso salió a la luz cuando se coronó el golpe maestro a la banda la madrugada del 14 de febrero de 2016, cuando en la localidad de Taco Pozo, Chaco, se detuvo un camión con más de 260 kilos de cocaína, se hicieron varios allanamientos y se detuvo a casi todos los integrantes.

Entre los acusados se encontraba el (ex) concejal Mauricio Gerónimo de Salvador Mazza, quien estuvo prófugo hasta abril de 2019, pese a que la investigación comenzó en mayo de 2015.

Cómo operaba la banda narco

De a poco, la Fiscalía fue desentrañando la historia: los imputados pergeñaron un plan que ejecutaron en etapas, adjudicando funciones en células con el fin de obtener eficiencia en las maniobras de narcotráfico. Reclutaron a profesionales (un veterinario y un abogado), políticos (dos concejales) y lugareños o baqueanos.

La idea era asegurarse la recepción de la droga en el monte que ingresaba vía aérea desde el Estado Plurinacional de Bolivia, su acopio y posterior colocación en camiones para su traslado a los puertos, pasos fronterizos o a las grandes ciudades, ya sea para continuar viaje a otros continentes o para incorporarla al mercado para su comercialización.

2020: despegar desde el aeropuerto internacional

Lejos de las pistas clandestinas, los narcotraficantes decidieron hacer base en el principal aeropuerto de Salta, no para llevar la droga (como solía pasar), sino para trasladarla a México. Todo indica que no hubo carga ni descarga de sustancias acá. El Martín Miguel de Güemes se convirtió en el escenario de una puesta en escena: los narcos parecen haber buscado el aeropuerto de Salta para abastecerse de combustible y además tener garantías de salir desde un lugar seguro. Creían que, así, evitarían controles.

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