Tinder: cómo armar un perfil perfecto y sobrevivir en el intento

Likes, perfiles hot o verdaderos fiascos, y chats que deambulan entre lo bizarro y la seducción. ¿Qué ocurre en la app de citas? Te lo cuenta en primera persona.

02 Feb 2020
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DESCARGAS. Tinder tiene alrededor de 57 millones de usuarios activos. credito

Tal como afirman algunos estudios psicológicos, bastan apenas siete segundos para que una persona formule su primera impresión sobre alguien más. Si a esto le sumamos que, en Tinder, las únicas referencias existentes son nueve fotos de perfil y una biografía de 500 caracteres, la cuestión se complica.

Al descargar la app de citas lo primero que aparecen son fotos con nombres, edades y distancias. A modo de tutorial express, Tinder te enseña dos reglas básicas. Hay que deslizar el dedo hacia la izquierda cuando el usuario que vemos no nos gusta (botón de “nope”), y hacia la derecha en caso de que el producto sea bueno (botón de “like”). Por el resto, debemos arreglárnosla solos y es acá -a la hora de configurar nuestro perfil- cuando vienen el estrés y los análisis tácticos.

Después de navegar entre descripciones como “Inteligente, exitoso, buen amante y vicioso del FIFA 99”, “el que lee esto tendrá mala suerte por 20 años” y “un poco excedido de peso, aunque buena persona” llega la epifanía: nunca es buena idea elegir a la ligera los datos que mostramos en Tinder. Sumado a que la pereza o la falta de inventiva solo llevan al horror (y al error).

Al contrario, si lo queremos es triunfar (dígase, recibir muchos matches) es necesario desplegar una especie de T.E.G. virtual. A fin de cuentas, esos detalles son lo único que permite al resto de la gente saber qué buscamos.

En este sentido, en la práctica es bastante clara la diferencia entre géneros. Mientras las mujeres dedican tiempo a pensar sus frases de “bienvenida”, hay hombres que prefieren agregar emojis de cervezas o chistes con “ja ja ja” más largos que los del Joker.

Los números lo demuestran en una encuesta elaborada por la misma empresa. Del total de usuarios, el 30% de los perfiles masculinos evita agregar descripciones. E incluso la decisión parece lógica mientras siguen saltando cuentas aleatorias con semblanzas de “no soy una nena para anotar mi vida en un diario” y “¿quién se ha tomado todo el vino?”.

Además -como consejo extra- existen dos tipos de perfiles de los que hay que huir sí o sí. El más temible es el de un “desinterés forzado” y el botón de pánico se activa al leer frases así: “me uní a Tinder porque estaba aburrido” y “nunca fui de usar estas cosas. Veamos qué pasa”.

En el extremo opuesto están los usuarios-bifes. “Evitemos el careteo, mandame un mensaje y nos juntamos”, “busco algo casual”, afirman estos usuarios mientras exhiben fotos de sus abdominales al lado de un cartel de crossfit.

¿Acaso es tan difícil evitar hacer papelones? Luego de nueve días en Tinder, el registro llegó a al menos 15 personas con estas características. Lo que lleva a reflexionar que el verdadero desafío de la red traspasa el encontrar una pareja estable para intentar descubrir una “bio” en condiciones.

Sin selfies en el baño

Al igual que el texto, la clave visual está en evitar los baños y las fotos pixeladas o cortadas (es increíble el montón de caras a la mitad o sin frente que aparecen en el buscador).

También existe una estrategia clave que usan los pescadores expertos: tenés que mostrar la mayor cantidad de intereses/gustos posibles.

Como rondan los estereotipos -a fines prácticos- estos son algunos ejemplos reales. En Tucumán el combo recurrente es el “aventurero” e incluye deportes, fotos de viajes, posando con alcohol y luciendo traje sin corbata. En cambio, el pack “simpática” implica retratos con perros, haciendo pucheros entre amigas y poses en boliches.

Lo bueno es que mientras hallamos el partido ideal la diversión está asegurada con algunos “bizarros”. Hasta ahora los mejores son: la captura de un hombre al que un chihuahua le muerde la nariz, la autofoto de un paciente en el dentista (con un perno) y la de un adolescente que besa un tetrapack de vino tinto... Fotos tan raras que  ilustran claremente el lado B de Tinder, aquel que te permite aceptar que la seducción perfecta no existe.

Y a la vez, la sinergia de tanta gente y opciones, produce una atracción curiosa. En el fondo sabés que cuentas así nunca van a funcionar, pero entonces -sin importar las reflexiones- aparece un estado de “coffeelover, artista y padre de dos gatos” e igual le das like. Solo para probar, para “ir viendo”, tal como expresaba ese otro perfil que rechazaste, sin culpas.

Top 5 de biografías

- Me gustan los memes, ¿querés vender tu alma?

- Creé este perfil borracho así que no durará mucho. ¿Por qué me abandonaste Pamela?

- Busco personas comprometidas, con ganas de trabajar y progresar. ¿Te querés sumás a Herbalife?

- Amante de la filosofía alemana, las lenguas eslavas y la vida sin luz eléctrica.

- Escucho heavy metal, grunge, rock clásico y underground. Mi bebida favorita es el whisky, lo suelo beber directo de la petaca cuando la Policía no me está echando de la plaza.

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