¿Qué es una arritmia cardíaca y qué cuidados tener con ella?

Se producen cuando los impulsos eléctricos que controlan el corazón no funcionan en forma adecuada. Cuidados. Cuándo consultar.

21 Feb 2020
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A NO DESCUIDARSE. Por lo general las arritmias no son peligrosas, y en todos los casos pueden tratarse.

Mucho del funcionamiento de nuestro cuerpo responde a ciertos ritmos; contra muchos de esos ritmos (el sueño y vigilia, por ejemplo) atenta nuestra agitada vida actual: el del corazón también lo sufre, y eso se llama arritmia cardíaca. “Las arritmias engloban un montón de situaciones, algunas inocuas pero otras muy serias, que pueden poner en riesgo la vida”, sentencia Alejandro Palazzo, hoy codirector del Centro de Arritmias de Tucumán, después de 10 años en el Servicio de Electrofisiología de la Fundación Favaloro, en Buenos Aires.

No significa que el corazón siempre lata igual: “el ritmo cardíaco tiene frecuencia variable; es normal cuando estamos quietos; más bajo cuando descansamos y, habitualmente, aumenta cuando realizamos actividades que generen esfuerzo, como subir una escalera”, explica Palazzo... y todos lo experimentamos con frecuencia.

Pero hay veces que esa normalidad se altera “sin motivo”. “Las arritmias cardíacas se producen -explica la Mayo Clinic (MC), de Rochester, EE.UU., en sus “Consejos de salud”- cuando los impulsos eléctricos que coordinan los latidos del corazón no funcionan adecuadamente, y hace que este vaya demasiado rápido, demasiado lento o de modo irregular”.

Por qué late el corazón

“El corazón es un músculo hueco y funciona como una bomba hidráulica, compuesta por cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos de cada lado (derechos e izquierdos). Su función primordial es hacer que, mediante contracciones, la sangre circule: primero de las aurículas hacia los ventrículos, y luego, desde ellos, a los grandes vasos que la distribuyen por todo el cuerpo. Cada una de las contracciones es rítmica”, explica Palazzo y agrega que ese ritmo se origina habitualmente en la parte superior de la aurícula derecha. Allí, en un punto llamado nodo sinusal, un grupo especializado de neuronas se “activa” a intervalos regulares.

“Funciona como un marcapasos biológico -agrega el experto tucumano-, y desde allí, como una gota en un estanque, ese ritmo irá reclutando células cardiacas”.

Los impulsos eléctricos hacen que las aurículas se contraigan y bombeen sangre a los ventrículos; su siguiente paso es llegar a otro grupo de células llamado “nódulo auriculoventricular”, que reduce la velocidad de la señal eléctrica antes de enviarla a los ventrículos -explica por su parte el informe de la MC-. Esta leve demora es lo que permite que los ventrículos se llenen de sangre, y cuando los impulsos eléctricos les llegan, ellos se contraen. Gracias a esa contracción, bombean sangre hacia los pulmones (para oxigenarla) o hacia el resto del cuerpo. Y lo hacen durante toda la vida.

Cuando el corazón está sano este proceso suele darse con fluidez, y el resultado es una frecuencia normal (en reposo) de entre 60 y 100 latidos por minuto. Con cada latido nuestra sangre da “un pasito” en su recorrido, y si apoyamos correctamente unos dedos sobre la vena de la muñeca sentiremos el tac, tac, tac, tac. Pero a veces...

Riesgo del “sin motivo”

A veces, sin las exigencias que normalmente modifican el pulso normal, el ritmo de los latidos cambia.

“Las arritmias son alteraciones de este ritmo, que puede disminuir (lo que se llama bradicardia), o aumentar desproporcionadamente en relación con las necesidades del sujeto; esas son las taquicardias”, explica Palazzo; y -agrega- también puede ocurrir que el ritmo se torne irregular.

Estas modificaciones del ritmo del corazón sin que el cuerpo las “exija” pueden deberse a diferentes motivos (ver “Causas posibles”) y ser más o menos riesgosas.

Pero quizás lo más complicado es que con frecuencia no las notamos: “es posible que las arritmias no provoquen signos ni síntomas”, estaca el informe de MC y agrega que hay que estar atentos si se siente agitación en el pecho; taquicardia o bradicardia); dolor en el pecho; dificultad para respirar; aturdimiento o mareos, y por supuesto, en caso de síncope o desvanecimiento

“En línea general los latidos cardíacos no se sienten, por lo que el hecho de sentirlos (sin estar buscándonos el pulso, claro) debe ponernos sobre la pista de que algo pasa y se debe hacer una consulta. Y en las personas con enfermedades cardiovasculares las arritmias se deben buscar de manera activa para que no sorprendan y poder prevenir complicaciones futuras”, destaca Palazzo.

Qué hacer

Generalmente las arritmias no son graves, y con tratamiento adecuado no son peligrosas. Y las personas que tienen arritmias que implican un riesgo, se pueden tratar.

“En estos últimos 10 años los principales avances en la cardiología han ido en esa dirección, y permiten la resolución del problema con una técnica denominada ablación (quitar las arritmias del corazón), ya sea con calor (radiofrecuencia) o con frío (críoablaciones), que nos permiten tratar de manera eficaz y segura todas las arritmias, incluso las de pacientes con enfermedades más complejas”, cuenta Palazzo, y añade: “Tucumán es pionera en el norte del país en el tratamiento de estas patologías; se la reconoce tanto a nivel nacional como internacional, y cuenta contando con todo el soporte tecnológico y científico para brindar a los tucumanos solución a estos problemas”.

Causas posibles

- Un ataque cardíaco en curso

- Cicatrización de tejido cardíaco de un ataque cardíaco anterior

- Obstrucción de arterias del corazón

- Presión arterial alta

- Hiper o hipotoroidismo

- Tabaquismo

- Consumo excesivo de alcohol o de cafeína

- Estrés

- Medicamentos de venta libre para resfrío o alergia

- Desequilibrio de electrolitos (potasio, sodio, calcio y magnesio) en sangre

- Diabetes

- Apnea de sueño

Fuente: Mayo Clinic

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