Cómo hacer frente a los hábitos que interfieren en el sueño infantil

Arrancan las clases y tener un buen descanso es esencial para los chicos. Consejos de una experta.

27 Feb 2020
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Muchos preadolescentes tienen problemas para conciliar el sueño por la noche. La razón para ello, por lo general, radica en algunos hábitos adquiridos por el niño que interfieren con el buen dormir. No obstante, puede también deberse a un trastorno del sueño, pero eso es mucho menos frecuente.

Antes de hacer una cita con el médico, los especialistas recomiendan que se verifiquen si las rutinas de los hijos hijo propician el sueño. Una de las mejores maneras de garantizar un sueño sano es determinar una hora fija para despertar y adherirse a ella, aconsejó Craig Sawchuk, del departamento de Psicología de Mayo Clinic. “La hora de despertar no tiene que ser la misma todos los días, pero el margen máximo no debe exceder de una hora. Aunque posiblemente parezca bueno dejarlo dormir hasta tarde en los fines de semana, eso realmente altera el reloj interno y hace más difícil recuperar el horario habitual de sueño en los días de semana. Luego, la privación de sueño se agrava durante la semana”, remarcó.

Otro punto importante, según la experta, es considerar cuánto usan los chicos los dispositivos electrónicos antes de acostarse. “Muchos adolescentes y preadolescentes tienen teléfonos inteligentes, tabletas y televisores en su habitación y casi no se despegan de sus teléfonos celulares. Estos dispositivos les dificultan desconectarse de las actividades estimulantes”, explicó.

Luego, recomendó hacerles apagar todos los dispositivos electrónicos entre 30 y 60 minutos, por lo menos, antes de ir a la cama. “Eso le permite al cerebro relajarse y calmarse, todo lo cual facilita conciliar el sueño. Personalmente, recomiendo sacar todos los aparatos electrónicos de la habitación de un niño. Lo mejor es que durante la noche, el teléfono celular quede apagado y guardado en otro cuarto. Obviamente, esto puede resultar difícil dada la dependencia a los aparatos electrónicos que tiene hoy la gente. Lo ideal es que todos los miembros de la familia lo hagan”, dijo. Por otro lado, señaló que es importante reducir la cantidad de tiempo que una persona pasa acostada en la cama por la noche, pero sin dormir. “Si los hijos está despierto en la cama durante más de 15 o 20 minutos por la noche, hay que motivarlos a salir a otro cuarto, sentarse y hacer cosas aburridas, como escuchar música suave. Pueden regresar a la cama en cuanto sientan que tienen sueño”, apuntó.

Asimismo, es importante evitar alimentos y bebidas que contienen azúcar durante dos o tres horas, mínimo, antes de acostarse. Si toman bebidas con cafeína, es mejor no hacerlo a partir de las 15.

“Hacer ejercicio y otro tipo de actividad física a diario ayuda a dormir, pero es necesario que el niño termine esas actividades máximo dos horas antes de acostarse. Además, hay que motivarlo a que no tome siestas durante el día, aunque tenga sueño”, explicó.

En algunos niños, las preocupaciones y los temores se apoderan de sus mentes cuando se acuestan y les impiden relajarse y conciliar el sueño. “A fin de ayudarlo, valdría la pena que, antes de acostarse, el chico invirtiera unos minutos en escribir aquello que tiene en la mente o las cosas que deja pendientes. Una vez que están por escrito, los niños son más capaces de dejar de lado las preocupaciones y quedarse dormidos con mayor facilidad”, recomendó. “Dormir muy poco hace que sea difícil para el niño concentrarse y prestar atención en la escuela. Puede también llevar a altibajos en el estado de ánimo y a irritabilidad, además de aumentar la tendencia del niño a sufrir accidentes”, resumió la experta.

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