Salta auxiliará a tucumanos sin cajero, ni súper ni hospital

Los colaleños podrán ingresar a Cafayate.

26 Mar 2020
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FIRMA DEL CONVENIO EN CAFAYATE. El intendente Almeda y otros funcionarios reciben a los responsables políticos de tres localidades vecinas.

El aislamiento total implica para los 1.800 habitantes de Colalao del Valle la pérdida del acceso a alimentos; a dinero en efectivo, y a la asistencia sanitaria de mediana y alta complejidad. Esta situación acuciante provocada por el coronavirus Covid-19 se aflojó el 24 de marzo a partir de la firma del acuerdo de colaboración histórico que permitirá a estos vecinos tucumanos trasladarse a Cafayate (Salta) en los días y horarios estipulados. El convenio también garantiza el ingreso a esa ciudad, y la circulación a los pobladores y a los pequeños agricultores de otras dos localidades salteñas, Animaná y San Carlos.

Suscribieron este pacto cuatripartito inédito los intendentes Fernando Almeda (Cafayate), José Rolando Guaimás (Animaná) y Raúl Vargas (San Carlos), y el comisionado comunal colaleño, Gustavo Morales. El documento habilita a los tucumanos que posean la Tarjeta Alimentar a cruzar la frontera hoy, mañana y pasado “por única vez” entre las 8 y las 20. El resto de la comunidad podrá ir a Cafayate por razones sanitarias y para comprar comestibles los martes y jueves entre las 8.30 y las 21.30. Los colaleños tendrán que acreditar las razones de su desplazamiento a las autoridades que se lo requieran. Además, los productores de alimentos de cualquiera de los cuatro pueblos podrán transitar con el documento nacional de identidad; la declaración jurada de circulación expedida por la Policía; la habilitación municipal, y, si correspondiese, el certificado del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). El acuerdo considera la situación de emergencia y de fuerza mayor: autoriza los desplazamientos en esas circunstancias con un permiso policial, que ha de consignar los motivos de su otorgamiento.

El convenio reconoce a Cafayate su condición de polo de los Valles Calchaquíes, según Almeda. “Nos juntamos con municipios amigos con los que tenemos contacto frecuente para tratar de ayudarnos entre nosotros. Tenemos un hospital (el Nuestra Señora del Rosario) que presta servicios a casi toda la región. La cuarentena había generado inconvenientes para nuestros vecinos, y, por eso, acordamos pautas para que el personal de Seguridad tenga en cuenta y deje pasar a la gente”, explicó el intendente por teléfono. Y añadió: “se trata de facilitar la vida y de ser solidarios a partir de medidas complementarias al confinamiento obligatorio que decretó el presidente Alberto Fernández”. Almeda precisó que el pacto iba ser monitoreado, y, eventualmente, modificado y perfeccionado en función de las necesidades, y de la evolución de la pandemia.

Solo en serio

Del lado de Colalao del Valle, el acuerdo supone un alivio inmenso. “Toda la vida nos hemos abastecido en Cafayate. Tengo 42 años y siempre ha sido así. Nosotros hemos bregado para tener un cajero, un super con Posnet y una farmacia mucho más amplia, pero no lo logramos”, explicó Morales. El comisionado comunal subrayó que los negocios de su pueblo seguían manejándose con “una calculadora” y era imposible intentar algún tipo de control de precios: “aquí todavía no han llegado la caja registradora ni el ticket. Estamos detenidos en el tiempo, como quien dice. Y a la calculadora a veces se le va una cifra de más. Como no hay posibilidad de usar plásticos, los beneficiarios de la Tarjeta Alimentar se ven obligados a ir a Santa María y a Cafayate”.

El justicialista Morales comentó que el acuerdo le permitía respirar porque estaba solo para atender las necesidades de los colaleños. Y aprovechó la comunicación con LA GACETA para hacer un poco de catarsis. “Encontré la Comuna ‘en menos 20’ porque la gestión anterior -de José Díaz- se llevó todo y nos dejó en la miseria. La gente se acostumbró a pedir y no hay para todos. Nuestro enemigo es el conformismo. La política de la dádiva nos llevó a esto”, evaluó.

El comisionado de Colalao dijo que esperaba que el coronavirus sacudiera a su comunidad y la llevara a ver en dónde estaba parada: “esta realidad dura tiene que ordenarnos. Necesitamos médicos, pero todo el mundo quiere ser futbolista. Estamos ante un tremendo replanteo”. Aunque agradeció al gobernador Juan Manzur; al vicegobernador Osvaldo Jaldo; al ministro del Interior, Miguel Acevedo, y al presidente subrogante de la Legislatura, Regino Amado, el jefe comunal afirmó que necesitaba ayuda. “En Colalao hay un centro de asistencia primaria de la salud (CAPS), pero hace falta un policlínico. Esta situación ha llevado a que el 20% de los habitantes se domicilie en Cafayate para, de esa forma, tener un mejor servicio de salud”, lamentó.

La soledad de Morales no es un decir. Él mismo se encargó de precisar su ostracismo: “nuestra comisaría carece de comisario. El CAPS está sin director porque al anterior, Eugenio Heliodoro Guantay, lo desplazaron por la presunta comisión de abusos sexuales: era algo que se venía tapando durante 20 años. Y en el Juzgado de Paz no hay juez. Trabajo solo en serio. No hay quién me acompañe en esta lucha”. Colalao del Valle está más cerca de Cafayate (30 kilómetros) que del pueblo tucumano vecino, Amaicha del Valle (45 kilómetros). El hospital más cercano de la provincia queda en Tafí del Valle, a 90 kilómetros de distancia. Para viajar a la capital, los colaleños deben recorrer 190 kilómetros. “De la noche a la mañana, Salta cerró la frontera. Por eso yo agradezco a Amado, que es uno de los pocos políticos que tiene un poco de humanidad, y al intendente Almeda, que se compadecieron de nosotros. La distancia física se traduce en ausencia de derechos. Todo nos cuesta el doble o el triple que al resto de los comprovincianos”, calculó.

Morales explicó que, para tratar de paliar el confinamiento permanente de Colalao, por primera vez en la historia estaban aunando esfuerzos con los comisionados comunales de otras localidades vallistas tucumanas, Jorge Cruz (El Mollar) y Paul Caillou (Amaicha), y con el intendente tafinisto Francisco Caliva. “Si no hacemos algo, en el mediano y largo plazo nos vamos a quedar sin votantes en mi pueblo porque todos se radicarán en Salta. Parece algo chistoso, pero a mí me va a doler ser el único que vota aquí porque el resto elige autoridades en Cafayate”, reflexionó.

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