Las pinturas más famosas: historias y enigmas de “La Última Cena”

Leonardo da Vinci representó en una capilla de Milán una de las escenas más importantes para la religión católica. Judas y los apóstoles.

04 Abr 2020
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HALLAZGO. Cuando concluyó la restauración que duró 20 años, se encontró el agujero de un clavo que Da Vinci usó para trazar la perspectiva.

¿No habrá nada nuevo para decir sobre “La Última Cena”, seleccionada entre las cuatro pinturas más famosas de la historia por el artista Peter Greenaway, que también hizo una película sobre ella? El cineasta británico realizó, asimismo, una instalación multimediática en el centro de Nueva York sobre la obra.

Por su contenido religioso, tal vez sea una de la más populares: es una escena central en la religión, en la enseñanza de la Biblia. Pero la creación de Leonardo da Vinci, en una sala que es un comedor interno en una capilla del centro de Milán, continúa suscitando misterios, teorías, enigmas. El libro y las películas sobre el “código” Da Vinci alimentan nuevas interpretaciones sobre el Evangelio de San Juan, cuando Jesús anuncia que será traicionado por uno de sus apóstoles.

El trabajo se efectuó entre 1495 y 1498. Tenía 4,69 metros de alto y casi 9 metros de ancho. Para apurar su obra, el fraile del convento fue el modelo para Judas; posó como el traidor de Jesús.

Composición: en la escena, el artista situó en primer plano la larga mesa de la cena, en cuyo centro aparece Jesús, con una forma casi piramidal debido a la posición extendida de sus brazos. La composición es la organización, el orden de todos los elementos en una obra. En torno a Él, los apóstoles se disponen en cuatro grupos de tres, distintos pero equilibrados. Les anuncia que alguien lo traicionará y los personajes, con dramatismo, reaccionan y gesticulan (las manos son decisivas, véase el video de Greenaway).

La restauración que concluyó en 1999, después de 20 años, mostró que Leonardo había puesto un clavo en la sien de Jesús y desde allí tiró cordeles para marcar la perspectiva en ese profundo espacio. La iluminación es otro dato esencial de la obra.

Pintura y técnica: No fue un fresco cualquiera o un mural. La técnica adoptada para el encargo de Ludovico Sforza (El Moro) no es la del fresco tradicional sino la de un mural al temple sobre yeso, lo que le permitió mayor libertad de ejecución y desahogo creativo; una técnica que, sin embargo, no ha soportado los cambios climáticos de temperatura y humedad, creando notables problemas, señalan los expertos. Por algo, en la actualidad las visitas no pasan de 15 minutos y en grupos pequeños.

Ataque: En 1943, los bombardeos anglo-americanos dañaron la iglesia y el convento de Santa Maria delle Grazie: el refectorio desapareció y se salvaron pocos muros, entre ellos el de “La Última Cena” que había sido protegido con sacos de arena.

Hipótesis

Hubo una restauración, luego de la cual los labios cerrados pasaron a ser ligeramente abiertos y a Judas se le observa en una de sus manos una bolsa de dinero.

En los libros “La revelación templaria” de Clive Prince y Lynn Picknett y en la novela “El código Da Vinci” de Dan Brown, se afirman que la figura a la derecha de Jesús no es el apóstol Juan, sino una figura femenina, María Magdalena. Dan Brown trabaja con la hipótesis de que Jesús y Magdalena habían procreado descendencia y que en la actualidad era el verdadero Santo Grial que había que proteger. San Greal significa sangre real y se refiere al linaje real, según Brown. Lo cierto es que estos misterios y curiosidades aún no han sido resueltos.

El día: Habitualmente los cristianos conmemoran esa cena final el jueves. Colin Humphreys, de la Universidad de Cambridge, publicó un libro en el que establece que la comida fue un miércoles; más exactamente el 1 de abril del año 33 DC según el calendario juliano.

Desde el Cinquecento hasta la actualidad cada momento histórico tuvo su copia de esta obra. Incluso, en la Argentina, Marcos López retrató una escena similar en “Asado en Mendiolaza” (2001), donde no falta el tetra-brick. Sobre esta obra del fotógrafo se hicieron decenas de “apropiaciones” y versiones.

En Tucumán, además, el colectivo artístico Gente No Convencida hizo su propia última cena, al fondo de un pequeño y angosto pasillo ubicado en San Martín al 1.100.

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