Todo lo sólido se desvanece en el aire

La pandemia que recorre el mundo tiene su propio fantasma. Slavoj Žižek asegura que el coronavirus asestó un golpe mortal al capitalismo; Giorgio Agamben sostuvo que es un virus de naturaleza ideológica, un arma coercitiva. “El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución”, aseguró el filósofo surcoreano Byung Chul-Han en respuesta a estas posiciones.

12 Abr 2020
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Por Jorge Figueroa

PARA LA GACETA - TUCUMÁN

“Todo lo sólido se desvanece en el aire;

todo lo sagrado es profanado, y los hombres,

al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas”.

Marx- Engels, El Manifiesto Comunista (1848).

El poeta Charles Baudelaire apuntó a lo efímero y permanente del arte en la modernidad (“El pintor de la vida moderna”); señala lo fugaz y lo eterno. Pero mientras el neopositivismo acompañaba al capitalismo “triunfante” en su carrera de “orden y progreso”, la modernidad debió repensarse; porque todos sus críticos aún hoy enfocan sus misiles contra los filósofos llamados postmodernistas: Illya Prigogine dejó en claro que la ciencia no da certezas. Gianni Vattimo precisó que la historia no podía leerse linealmente, y no fueron pocos los que exaltaron el relativismo (Paul Ricoeur, entre muchos más).

¿Qué certeza existe, pues, cuando la ciencia no puede explicar qué sucede con un virus que mata y destruye y que, como lo anticipó el marxismo, desvanece, ataca a todo lo que simula ser sólido? El fin de la certidumbre, había escrito en los 90 Prigogine, el premio Nobel de Química que estuvo dando clases en Tucumán en 1991.

Cuando Marx y Engels escribían sobre el fantasma del comunismo que recorría Europa, adelantaban el capitalismo en su estado de crisis permanente; crisis que las grandes empresas atravesaron mutándose, en un tiempo en el que capital financiero tomó la iniciativa. Pero a no confundirse con la mutación: el capitalismo ha tratado de afirmarse en todo este período, y se ha salvado por poco, como cuando fue la quiebra Lehman Brothers en 2008. ¿Lo hará ahora cuando todo indica que la opción es Socialismo o Barbarie, una frase que se atribuye a Rosa Luxemburgo?

Pensar la crisis

El filósofo massmediático argentino Darío Sztajnszrajber explica la frase de Marx y Engels señalando que indica el proceso moderno de revolución permanente. Pero fue Marshall Berman quien, en los 80, trabajó en detalle esa posición en un libro que lleva ese nombre.

La revolución permanente, ¿es la crisis permanente? Las plagas de Egipto no pudieron con los faraones; las pestes que se conocen, tampoco.

Los 80 estuvieron marcados por la epidemia del sida, la llamada –en sus inicios- peste rosa. “La humanidad ha vivido pandemias devastadoras a lo largo de la historia. Entre ellas destacan, por mencionar sólo dos, la de gripe de 1918, erróneamente conocida como “gripe española”, que infectó en dos años a 500 millones de personas -un tercio de la población mundial de ese entonces-, y mató a unos 50 millones; y la pandemia de VIH-sida, que de su surgimiento en la década de los años 1980 a 2018 había contagiado a 75 millones y causado al menos 32 millones de muertes”, se lee en un informe de la ONU.

Pobreza

El domingo 20 de marzo fue el Día del Agua, y los informes de la OMS consignaron que hay centenares de millones en el mundo que carecen de ese líquido. No hay agua potable, ni hablar del agua para lavarse las manos (La publicidad oficial está concentrada en enseñar a lavarse las manos con agua y jabón, pero no hay agua). “Ciudades superpobladas, uso intensivo por el extractivismo (megaminería), contaminación de los ríos, privatización del recurso y exclusión de las comunidades son algunas de las razones por las que el 40% de la población no tiene agua en plena pandemia de coronavirus, aseguran especialistas en el Día Mundial de Agua” (LA GACETA, 22/03/2020).

Desde hace un tiempo, con pocos dígitos de diferencia, la pobreza pasa de 30 al 40% en el país. Miles de miles de miles de trabajadores no llegan a salarios de $ 50.000. Pero estos son los “privilegiados”: los condenados son los que no tienen cloacas, ni agua, ni salario o vivienda, el sector que con eufemismo llamamos de “economía informal”.

Esta realidad, de la que Argentina es una muestra y tal vez no la más representativa, no se puede atribuir a un virus: es el capitalismo.

El coronavirus llegó para mostrarnos que, aún en las grandes potencias, el sistema sanitario no estaba preparado para recibirlo. Donald Trump salió a obligar a General Motors a que fabrique respiradores, mientras que en Argentina, Techint anunció 1.450 despidos (en suspenso por la conciliación obligatoria).

Es que la cuarentena no fue para todos: la industria de la alimentación continuó funcionando casi normalmente así como sus industrias derivadas. ¿Cuántos obreros en actividad sumarán? Daniel Lucci, director del Grupo Lucci, el mayor productor de cítricos y derivados del país contó que la exportación del limón está in crescendo: no deben pararse las fábricas, dijo. Jorge Rocchia Ferro, presidente de la Unión Industrial de Tucumán, adelantó que se aprestan a preparar a los ingenios para la zafra. La situación de Arcor llega a ser un mediocre entremés: en octubre suspendió y adelantó vacaciones a su personal, pero ahora está en funcionamiento. Dentro del inciso 12 del famoso artículo, del no menos popular DNU, se aclara: “Industrias de alimentación, su cadena productiva e insumos; de higiene personal y limpieza; de equipamiento médico, medicamentos, vacunas y otros insumos sanitarios”.

Viejas y nuevas discusiones

Hasta hace menos de dos meses discutíamos y debatíamos sobre las películas “Parasite” y “Joker”. Pero ahora los científicos polemizan sobre el virus y su futuro en un estado de gran incertidumbre. Estados Unidos y China (y los inmensos laboratorios que funcionan allí y en distintos países) disputan las patentes, y los miles de millones de dólares que están en juego. Argentina tiene esa experiencia ya cuando Juan Manzur fue ministro de Salud en 2009, cuando sucedió la gripe A.

“Todos somos un payasos” grita la multitud imitando el gesto de Joker, en lo que es un pasaje al acto a la rebeldía sin límites; pone en jaque a los “ricos”. El “efecto Joker” ha sido leído con preocupación, porque suena a una amenaza.

En un análisis del diario The Guardian (31/03/2020), se reflexiona sobre un pensamiento extendido por estos días. “Las ideas que solían ser vistas como de izquierda parecen más razonables para más personas. Hay espacio para el cambio que no había antes. Es una apertura… porque no se volverá a la normalidad”. Y el libro de Žižek que publicó en la última semana de marzo, plantea una disyuntiva rigurosa.

Interpretación, transformación

Las relaciones humanas están en la actualidad más mediadas que nunca: no son directas y las interpretaciones, al orden del día. “La interpretación es ya una transformación”, señala Eduardo Grüner con lo que propone otra interpretación (valga la redundancia) de la frase de Marx; una edición de la realidad, en todo caso. “La metáfora que toma de la pintura ‘Angelus Novus’ de Paul Klee es increíble. Ese ángel que se va mirando atrás, las ruinas, y es arrastrado por eso que se llama progreso...”, añade Grüner.

El arte se ha transformado en una edición, en un formato, lejos de la contemplación, cerca de la reflexión. Pero, aún el teatro que se jactaba de ser el único arte en vivo, en la plataforma de streaming es un tema a debatir. Los géneros se revolucionarán, no solo van a desaparecer, proceso en curso. La hibridez de los lenguajes artísticos se acentuará; es tiempo de la reconfiguraración.

El virus del lenguaje viene afectando (William S. Burroughs) desde los 60: ¿y qué es un virus sino algo que desorganiza y desconfigura el sistema, nuestro propio software?

El capitalismo es una pandemia que puso en evidencia la frase de Marx y Engels: “todo lo sólido se desvanece en arte”. Y cuando se haya superado el coronavirus se acentuará la lucha del capital por reordenar sus finanzas, y descargar la crisis sobre los trabajadores.

¿Podrá reconfigurarse en este tiempo? No hay alternativa a la barbarie sino es el socialismo. Tan lejos, tan cerca, a la vez.

© LA GACETA

Jorge Figueroa – Periodista, doctor en Artes.

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