Un grupo de gobernadores planea retomar actividades sin esperar el aval de Trump

Entre esos mandatarios figura Andrew Cuomo, de Nueva York, por lejos el más afectado por la pandemia dentro de Estados Unidos.

13 Abr 2020
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ESTADOS UNIDOS. Ya hay 10.000 fallecidos solo en el estado de Nueva York.

Nueve gobernadores demócratas de Estados Unidos revelaron que están elaborando planes conjuntos para reanudar la actividad económica con el menor riesgo para la salud en el país con más cantidad de contagios y muertes por coronavirus, sin esperar directivas de la administración del presidente Donald Trump.

Entre esos gobernadores figura Andrew Cuomo, de Nueva York, por lejos el más afectado por la pandemia dentro de Estados Unidos.

Cuomo y sus colegas de los estados Connecticut (Ned Lamont), Delaware (John Carney), Nueva Jersey (Phil Murphy), Pennsylvania (Tom Wolf) y Rhode Island (Gina Raimondo), todos en la costa este o muy cercanos a ella, anunciaron su iniciativa en una videoconferencia de prensa conjunta.

El gobernador de Nueva York explicó que el plan será elaborado “inmediatamente” por un equipo formado por un representante de Salud Pública, otro de Economía y otro de la Jefatura de Gabinete de cada gobierno regional, guiados por “expertos”.

“Cuando determinemos, basándonos en los hechos, los datos y la ciencia, que es seguro para nosotros comenzar de una manera responsable la reapertura, con toda la estructura de salud pública que conlleva, si lo hacemos de manera coordinada, parece que será abrumadoramente prudente”, dijo Murphy.

Wolf sostuvo que el plan “tiene que ser responsable y tiene que mostrar que hay futuro”, porque es preciso “devolver el sentimiento de esperanza que ha perdido mucha gente”, según la agencia de noticias EFE.

Paralelamente, los gobernadores de los estados California (Gavin Newsom), Oregon (Kate Brown) y Washington (Jay Inslee), en la costa oeste, anunciaron un acuerdo similar para actuar en “estrecha coordinación y colaboración”.

En una declaración conjunta, subrayaron que “lo primero es la salud y la ciencia” y aseguraron que desean “ver una disminución en la tasa de propagación del virus antes de la reapertura a gran escala de la economía”.

Los nueve gobernadores pertenecen al Partido Demócrata, tradicional adversario del Partido Republicano que llevó a Trump a la Casa Blanca.

El estado de Nueva York superó hoy los 10.000 muertos por coronavirus, aunque comenzó a registrar cifras diarias más bajas, y Cuomo aseguró que “lo peor ha pasado”, mientras Estados Unidos seguía siendo el país más afectado por la pandemia, con cerca de 560.000 infectados y más de 22.000 decesos.

En tanto, crecía la cantidad de contagios en estados del sur del país, como Florida y Luisiana.

Nueva York registró 671 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, con lo que totalizaba 10.056 decesos y 195.031 casos confirmados, informó Cuomo en conferencia de prensa.

El gobernador afirmó que el proceso de la pandemia “no es tan malo como en el pasado”, porque comenzó a detectarse un leve descenso en la cantidad de fallecimientos, lo que a su juicio evidencia que “la curva empieza a aplanarse y parece que llegó a una meseta”, consignó CNN.

“Me complace informar que vemos que todos los indicadores se mueven en buena dirección”, coincidió el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio.

Sin embargo, De Blasio advirtió que la ciudad se encuentra en una fase de “transmisión amplia” de la enfermedad que se mantendrá al menos hasta junio.

En tanto, Trump afirmó que es una atribución suya, y no de los gobernadores, levantar las medidas adoptadas para contener la propagación del brote.

Desde el comienzo de la pandemia, Trump se mostró reticente a imponer una cuarentena -por lo que se enfrentó con gobernadores que sí la decretaron-, cuestionó las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y hasta hoy se negaba a cerrar la circulación dentro del país, lo que propició desplazamientos desde las zonas más afectadas a otras con menor grado de contagio.

Uno de estos casos es el del estado de Florida, cuyo número de muertos por coronavirus aumentó de 221 a 470 en poco más de una semana, mientras los casos confirmados aumentaron de 12.350 a 20.601.

Otro es el de Luisiana, donde se contabilizaron 20.595 casos y 840 muertes, con más de la mitad de contagios y fallecimientos en la ciudad de Nueva Orleáns y su área metropolitana.

Según el Departamento de Salud de Luisiana, más de 70 % de las muertes por coronavirus corresponden a afroamericanos, que son la mayoría de la población en el estado, y 2% a latinos.

Además, el estado fue azotado este fin de semana por tormentas de granizo y tornados, lo que dejó al menos 12 muertos.

El gobernador de Luisiana, el demócrata John Bell Edwards, declaró ayer el estado de emergencia para poder organizar y canalizar la ayuda de manera más ágil a las áreas afectadas y la alcaldía de Nueva Orleáns reforzó sus programas de entrega gratuita de alimentos para la población con menos recursos, que está en confinamiento obligatorio y muchos de ellos sin trabajo como consecuencia del cierre de los negocios no esenciales. (Télam)

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