Más de 600 permisionarios temen por su fuente laboral
Desde que se decretó el aislamiento social dejaron de trabajar y llevar dinero a sus hogares. Por iniciativa del Concejo quedaron exceptuados de pagar el talonario por el período no trabajado.
Las medidas sanitarias adoptadas a partir del coronavirus restringieron las posibilidades laborales de muchas personas y los permisionarios no quedaron al margen. Desde el 12 de marzo no pueden ejercer su oficio y se ven imposibilitados de generar ingresos para sus hogares.
En diálogo con LA GACETA, Oscar Luna reconoció que la realidad que atraviesan los permisionarios “es preocupante”. “Estamos pidiendo que nos dejen salir porque las cuentas siguen llegando y los recursos ya escasean”, sostuvo el referente.
Luna sostuvo que los más de 600 salteños que se desempeñan como permisionarios no quieren ser “una carga para la Municipalidad”, pero ante la realidad que atraviesan desean conocer si el municipio tiene algún plan de contención para ellos.
“A comienzas de la cuarentena se nos entregó un bolsón de mercadería desde el gobierno municipal, pero eso ya se terminó y por eso planteamos la necesidad de volver a trabajar”, enfatizó.
Un poco de alivio
En la última sesión del Concejo Deliberante, los ediles aprobaron un proyecto que exime a los permisionarios de comprar los talonarios obligatorios ante la falta de trabajo. La normativa vigente establece que los trabajadores que no compran talonarios, que tienen un valor de $150, durante un mes pueden quedan fuera del programa.
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