“El grito” pierde sus colores por culpa de la humedad

El uso de determinados pigmentos agravó el estado de la obra realizada por Munch en 1910. Un robo que la afectó. ¿Irreversible?

21 May 2020
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UNA EMBLEMÁTICA OBRA. La angustia y la ansiedad aparecen retratadas por el noruego Edvard Munch.

Las pinceladas amarillas comenzaron a blanquearse, tanto en el cielo, como en el lago y el cuello del protagonista.

“El grito”, una de las más famosas pinturas modernas, se está apagando, y es inminente que pase a terapia intensiva. El trabajo de Edward Munch, que está instalado en el museo que lleva su nombre en Oslo, es uno de los cuatro que realizó el artista. La importancia histórica de la pintura deviene de ser pionera del expresionismo, a principios del siglo XX, y por el impacto que causó el rostro, más de angustia que de terror.

La experta Cecilia Barrionuevo reitera que la restauración es como la medicina y la obra de arte como el paciente. Y, como dice esa frase tan común que viene de generaciones antiguas, lo que mata es la humedad.

Los especialistas han anunciado que el cuadro muestra signos claros de degradación en diferentes zonas donde el autor utilizó pigmentos basados en sulfuro de cadmio. Así, los pigmentos amarillos, las condiciones ambientales y el robo en 2004 de la obra, que permaneció dos años en paradero desconocido, han sido algunos de los elementos que han contribuido a su deterioro, estima la agencia EFE.

Ahora un estudio revela que la humedad podría ser el principal factor ambiental que ha provocado esa degradación. El hallazgo ha sido descubierto por un grupo internacional de científicos, dirigido por el Consejo Nacional de Investigación italiano (CNR), y permitirá ayudar a preservar mejor esta creación maestra, que rara vez se exhibe debido a su pobre estado de conservación.

Esta investigación, publicada en la revista Science Advances, se ha realizado mediante una combinación de métodos espectroscópicos no invasivos y técnicas de rayos X, según un comunicado del European Synchrotron Radiation Facility (ESRF).

La tucumana Barrionuevo recuerda que en 2006, luego de que se recuperó la obra robada, los daños por la manipulación y la humedad parecían irreparables. Y señala que es necesaria la menor intervención sobre la pintura. “Los daños son como cicatrices”, afirma.

Versiones

De “El grito”, que se ha interpretado como la representación de la ansiedad y la angustia, existen diversas versiones, pero cada una es única. Munch experimentó con diversas técnicas hasta encontrar los colores exactos para representar su experiencia personal y las más conocidas son las de 1893 y 1910.

El uso de nuevos pigmentos para crear colores plantea un desafío para la preservación a largo plazo en las obras de arte de Munch, señala el estudio. La versión de “El grito” de 1910 muestra signos claros de deterioro en distintas zonas donde se usó una técnica basada en elementos especiales poco utilizados. Desde que fue recuperado, la obra se conserva en una zona de protección en el Museo Munch, en condiciones controladas de iluminación, temperatura (alrededor de 18°) y humedad relativa (alrededor del 50 %).

Para la investigadora del CNR Leticia Monico, “los microanálisis permitieron señalar la principal razón de la degradación es la humedad”, y que debe limitarse la exposición a un 45% de humedad relativa.

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