Arlt creó personajes marginados por la sociedad

A 120 años del nacimiento del escritor, Liliana Massara hablará sobre su obra, el viernes, a través de los canales de internet del Ente Cultural Tucumán.

25 May 2020
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UNA ADAPTACIÓN. Diego Velázquez y Carlos Belloso en “Los siete locos y Los lanzallamas”, serie de 2015.

El título de la novela de Roberto Arlt “El juguete rabioso” es la metáfora de un hombre acosado por una sociedad que no lo integra. Ese tema aparece también en “Los siete locos” y en “Los lanzallamas”, según explicó la docente universitaria Liliana Massara, que el viernes ofrecerá un homenaje al escritor por los canales de YouTube y Facebook del Ente Cultural de Tucumán. En abril se cumplieron 120 años del nacimiento de Arlt.

“Baldía y fea como una rodilla desnuda es mi alma. Busco un poema que no encuentro, el poema de un cuerpo a quien la desesperación pobló súbitamente en su carne, de mil bocas grandiosas, de dos mil labios gritadores. A mis oídos llegan voces distantes, resplandores pirotécnicos, pero yo estoy aquí solo, agarrado por mi tierra de miseria como con nueve pernos”, medita uno de los atormentados personajes del escritor, que en sus ficciones volcó gran parte de la decepción que sentía por la sociedad argentina de principios del siglo XX.

Massara comentó que Arlt provenía de una clase social baja. Era hijo de inmigrantes, su padre venía de la Prusia alemana y su madre de Trieste, en el norte de Italia. En la Argentina les costó mucho ganarse el sustento y -después de que nació Roberto- se radicaron en el barrio de Flores, de Buenos Aires, donde era muy evidente el contraste entre ricos y pobres. “Desde muy chico, Arlt tenía una gran pasión por la escribir cuentos. El padre, que tenía muy mala relación con él, lo echa de la casa y debe vivir en pensiones -contó la experta-. Un día hizo amistad con el escritor Conrado Nalé Roxlo. Escribe cuentos para algunos periódicos. Cuando hace el servicio militar en Córdoba, conoce a una joven hija de un industrial, se casan y tienen una hija: Mirta Arlt. De resgreso en Buenos Aires, conoce a Ricardo Güiraldes, que lo toma como su secretario. A los 24 años, ya está escribiendo su primera y gran novela; ‘El juguete rabioso’. Güiraldes se la corrige y le cambia el nombre, porque se iba a titular ‘La vida puerca’.

- ¿Qué lo distinguía del resto?

- Escribía con un lenguaje que no era el que cultivaban los puristas del idioma español, sino que usaba todos los neologismos de la calle y el lunfardo de las clases bajas. Además, era un caminador de la ciudad. Es el primero que va a relacionar literatura y periodismo. Las “Aguafuertes porteñas” que publicaba en un diario, reflejaban la vida cotidiana y la idiosincracia de los habitantes de la ciudad.

- ¿Fue precursor del periodismo narrativo?

- Se habla mucho de lo transgresor de su literatura, de sus personajes “locoides”, pero para mí es un precursor. Incluso las historias que va a ficcionalizar provienen de la calle, de este periodista que sale a buscar temas para escribir, contesta cartas de sus lectores y se vuelve casi detectivesco, porque sale con su fotógrafo a los lugares donde los lectores le cuentan determinados sucesos. Son textos breves que reflejan el pasado pero también son presente, porque las historias de crisis se repiten en la actualidad.

- ¿Qué recomienda leer de él?

- Yo comenzaría por “El juguete rabioso”. Es la obra que le da reconocimiento, en 1926, justo cuando Güiraldes publica “Don Segundo Sombra”. Dos obras que no tienen nada que ver. Arlt tiene una capacidad inmensa de ficcionalizar una realidad que denigra y margina a esos personajes protagónicos, hombres sumamente inteligentes que -por diferentes historias personales- han ido ingresando a ese mundo oscuro, del hampa. Son personajes que, como el propio escritor, se conectan con otros saberes. Artículos sobre temas científicos, que inciden en sus planes delirantes para obtener el poder y el dinero. Parecieran estar fuera del mundo racional ordinario. Ahí está ese toque surrealista que algunos perciben.

- ¿Le gustó la versión en cine de 1973 de “Los siete locos”, de Leopoldo Torre Nilsson?

- Sí. Me pareció un buen guión. Hay dos protagonistas fundamentales. Remo Erdosain, con su locura de los inventos y de obtener el poder a través de una logia secreta. Ahí entra el ocultismo que maneja Arlt, su crisis con la religión y la fe en Dios. Por otro lado, el Astrólogo, que es el gran manipulador de todos estos personajes, vacíos y contradictorios, que no pueden llegar a ser tan abyectos como quisieran.

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