Los robots delivery se convirtieron en un éxito de la cuarentena

Una compañía inglesa había desplegado hace dos años una flota de robots autónomos para reparto de pedidos en una pequeña ciudad al noreste de Londres, pero no fue hasta la pandemia que se convirtió en un boom.

27 May 2020
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EQUIPADO. Los robots tienen cámaras, sensores, GPS y radiofrecuencia. Se destraba con el celular.

Dos años antes de la pandemia de coronavirus, una pequeña empresa inglesa desplegó una flota de robots delivery rodantes en Milton Keynes, una ciudad pequeña con una población de 270.000 personas, a 80 km de Londres. El diseño de la ciudad y su generosa red de bicicendas eran el escenario perfecto para probar esta tecnología naciente: robots autónomos que reemplacen los servicios tradicionales de entrega.

El proyecto tuvo cierta aceptación entre los vecinos de los barrios de la ciudad, porque los robots no circulaban por el centro. También se expandieron y llegaron a Estados Unidos, donde se utilizan los robots de Starship principalmente en campus universitario para llevar la comida que piden alumnos y docentes. Pero el gran salto para esta modesta compañía tecnológica fue la pandemia de coronavirus.

La demanda fue tan alta en las últimas semanas, que los residentes tienen que ponerse en la lista para programar sus envíos. La cuarentena ha popularizado tanto este servicio que Starship ya piensa en ampliar la flota de 80 a 100 robots. También son cada vez más los negocios que se asocian para entregar sus pedidos a través de este medio.

El sistema funciona muy similar a las aplicaciones de delivery como Rappi o PedidosYa, solo que en lugar de una persona que se desplaza en un vehículo, la comida viaja en este carrito robótico equipado con cámaras, sensores, GPS y radiofrecuencia. Cuando llega el pedido, el usuario debe destrabar el compartimento usando su celular y retirar los artículos.

Los robots pueden hacer mandados de hasta 6 km de radio, es decir que en Tucumán podría enviarse por ejemplo un paquete desde la Casa Histórica hasta el Cristo de Yerba Buena. Transitan por veredas y sendas pavimentadas y pueden cargar hasta 45 kilos.

Cuentan con una sofisticada tecnología de navegación que combina el GPS con un mapeo en varias capas, a partir de los sensores y cámaras que tienen en su interior. Con esto van aprendiendo las mejores rutas y más seguras para cumplir con los pedidos.

En Milton Keynes ya comenzaron a formar parte del paisaje urbano y se ha vuelto normal cruzarse con uno de ellos por las calles. De hecho, están programados para saludar a los vecinos con un “Hola”, o “Que tenga buen día”. Este guiño de empatía ha hecho que los robots se hayan vuelto famosos en las redes sociales.

Como gesto por su labor durante la pandemia, los empleados sanitarios tienen envíos gratis. Y los robots les rinden tributos todos los jueves a la noche, parpadeando sus luces mientras los residentes aplauden desde la casa.

“Hemos visto una oleada de demanda desde que comenzamos en Milton Keynes hace dos años”, dijo Andrews Curtis, líder de operaciones de Starship. “Estamos emocionados de que ambos, residentes y negocios locales puedan disfrutar de este servicio de bajo costo y conveniente en el centro de la ciudad”, destacó.

Es que, una de sus grandes ventajas, según su fabricante, es que el delivery con robots es ampliamente más barato que el reparto con humanos, además de más seguro y amigable con el medioambiente, ya que los robots funcionan con motor eléctrico de emisiones cero.

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