La crisis sanitaria creó más desempleo entre los jóvenes

La Organización Internacional del Trabajo estima que una de cada seis personas menores de 29 años dejó de trabajar durante la pandemia. Se redujeron las horas laborales en un 23%.

28 May 2020
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PRECARIZADO. Una textil colombiana puso camas junto a los telares, para que los empleados vivan en el taller.

GINEBRA, Suiza.- Uno de cada seis jóvenes de todo el mundo ha dejado de trabajar desde que comenzó la pandemia del coronavirus, según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El organismo especializado de las Naciones Unidas, que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales, alertó que los jóvenes se están viendo afectados “de manera desproporcionada” por el cataclismo económico provocado por la pandemia de coronavirus.

En este último análisis de la OIT sobre el impacto del coronavirus en el mercado laboral también se revela que los jóvenes que siguen empleados han visto reducir sus horas de trabajo en un 23%.

El estudio de la Organización concluye que una de cada seis personas menores de 29 y en edad de trabajar ha dejado de hacerlo desde que apareció la enfermedad provocada por el covid-19. Y aquellos que conservaron sus puestos de trabajo han visto cómo su jornada se reducía en un 23% en promedio.

La pandemia inflige un triple impacto sobre los jóvenes, según el relevamiento. Destruye sus empleos, su educación y formación y “les coloca grandes obstáculos en el camino para quienes buscan entrar en el mundo del trabajo o de cambiar empleo”, aseguró la organización en un comunicado.

Las mujeres afectadas

“La crisis de la covid-19 está afectando a los jóvenes -en particular a las mujeres- con mayor gravedad y rapidez que a cualquier otro grupo. Si no tomamos medidas inmediatas y significativas para mejorar su situación, el legado del virus podría acompañarnos durante décadas. Si su talento y energía son marginados por falta de oportunidades o de competencias, esto ocasionará un daño al futuro de todos nosotros y hará que sea mucho más difícil reconstruir una mejor economía post-covid”, declaró Guy Ryder, Director General de la OIT.

Se estima que se perdieron 4,8% de horas de trabajo durante el primer trimestre (equivalente a 135 millones de empleos a tiempo completo suponiendo un trabajo de 48 horas semanales).

Las regiones que presentan mayores pérdidas de horas de trabajos en el segundo trimestre son, en orden descendente: América (13,1%), Europa y Asia Central (12,9%).

Ante esta catástrofe, la OIT, pidió respuestas políticas “urgentes, concretas y a gran escala” dirigidas a apoyar a los jóvenes.

Además, instó a impulsar programas amplios de garantía de empleo o formación en los países desarrollados, programas intensivos de empleo y garantías en las economías de ingresos medios y bajos.

El año pasado, la tasa de desempleo de los jóvenes era del 13,6% y “ya era más alta que la de cualquier otro grupo”.

En todo el mundo, había alrededor de 267 millones de jóvenes que ni trabajaban ni seguían una educación o formación.

Asimismo, los jóvenes de entre 15 y 24 años que estaban empleados tenían mayores posibilidades de conseguir en formas de trabajo que los hacía más vulnerables, como “ocupaciones mal remuneradas, en el sector informal, o como trabajadores migrantes”.

La preocupación por la economía es una constante en los estados que han tenido que tomar medidas restrictivas de la circulación para frenar contagios de coronavirus. Europa, el continente que empieza a salir de las cuarentenas impuestas por la pandemia, se plantea algunos planes para la recuperación.

El Ejecutivo de la Unión Europea (UE) propuso ayer un plan para el próximo presupuesto a largo plazo del bloque y para un fondo de recuperación que proporcione un estímulo masivo a la economía del continente.

Algunos puntos del plan incluyen 1,85 billones de euros en inversiones para ayudar a impulsar el crecimiento del bloque: un presupuesto de 1,1 billón de euros para el periodo 2021-27 y un fondo de recuperación adjunto por 750.000 millones de euros, 500.000 millones de los cuales consistirían en transferencias sin coste añadido para los Estados beneficiarios y el resto en préstamos reembolsables.

La Comisión Europea quiere empezar a repartir el dinero en septiembre, basándose en los cambios en el actual presupuesto de la UE, así como aumentar el gasto de estímulo durante dos años a partir de 2021 cuando el nuevo presupuesto conjunto y el fondo de recuperación se pongan en marcha adecuadamente.

De acuerdo con la propuesta, el dinero se transferirá a los Estados miembros de la UE y, con garantías del Banco Europeo de Inversiones, a las empresas. (Reuters)

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