A los ángeles arcabuceros los mandaron lejos de su hogar

La apertura del turismo interno en Jujuy encontrará a la iglesia de Uquía cerrada, con obras de refacción paralizadas y sin su más preciado tesoro.

31 May 2020
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A MANO Y EN CAMIONETA. Así trasladaron los valiosos cuadros de los ángeles arcabuceros de la iglesia de Uquía a la Prelatura de Humahuaca.

“Jujuy para los jujeños” es el plan de apertura del turismo que puso en marcha la provincia norteña, una de las menos castigadas por el coronavirus del país. Pero hay una piedra en el zapato de esta “nueva normalidad” promovida por el Gobierno de Gerardo Morales y se encuentra en plena Quebrada de Humahuaca, uno de los circuitos estrella de la región. Se trata del gravísimo estado que presenta la iglesia de San Francisco de Paula, en la pintoresca localidad de Uquía. El templo no sólo permanece cerrado; las imprescindibles obras de remodelación están paralizadas. Justamente cuando Jujuy se abre para los jujeños, una joya que el NOA luce desde la época colonial queda fuera de escena.

Hay mucha preocupación por el tema y no sólo en Uquía, que se ve seriamente afectada por la pérdida de su principal atractivo turístico. Se trata de una pieza exquisita del patrimonio norteño y personalidades de la cultura siguen el tema de cerca. La iglesia data de 1691 y es Monumento Histórico Nacional. La influencia jesuítica es notoria en la construcción, que presenta la torre con el campanario separada de la nave central. El altar, tallado a mano y dorado a la hoja, es de gran belleza.

Pero era tal el grado de deterioro -se habían realizado algunos trabajos de mantenimiento en 2008- que en noviembre pasado se puso en marcha una restauración general de la iglesia. “Son edificios antiguos, de adobe, y una vez que se quita el revoque empiezan a aparecer cuestiones estructurales e intervenciones no registradas que demuestran que existen problemas más graves de lo que parecían al principio”, explicó Valentina Millón, directora de Cultura de la Provincia.

A MANO Y EN CAMIONETA. Así trasladaron los valiosos cuadros de los ángeles arcabuceros de la iglesia de Uquía a la Prelatura de Humahuaca.

Preocupación

Fue necesario detenerse, descartar lo planificado y armar un nuevo esquema de trabajo que por ahora carece de plazos y de detalles. Esto intranquiliza a los vecinos de Uquía, a quienes el proyecto de remodelación había ilusionado. Además de la puesta en valor de la iglesia el diseño contemplaba su integración con el entorno, vinculándola con la plaza y el paseo de artesanos.

Uquía es pura placidez a la vera de la ruta 9, unos 120 kilómetros al norte de San Salvador de Jujuy, y antes de llegar a Humahuaca si se sigue el camino desde la capital. Una parada obligada para admirar el templo, su curiosa cerradura de llave invertida y los tesoros que decoran las paredes: los nueve cuadros de los ángeles arcabuceros (eran 10, uno permanece desaparecido e infinidad de historias se tejen a su alrededor).

Esas pinturas representan la escuela cuzqueña en todo su esplendor y llegaron a San Francisco de Paula a mediados del siglo XVIII. Desde lo temático conforman un sincretismo de lo más llamativo: arcángeles pintados en el corazón de los Andes y vestidos a la usanza de los militares europeos. En octubre de 2019, antes del inicio de las obras, fueron trasladados a la Prelatura de Humahuaca en condiciones que debieron ser mucho más cuidadosas (prestar atención a la foto que ilustra el artículo). Junto a los ángeles arcabuceros salió de Uquía otro de sus baluartes: el retablo que incluye el retrato de San Ignacio de Loyola.

Quienes estuvieron en Uquía el verano pasado se toparon con el mismo paisaje que encontrarán quienes visiten la zona a partir de la apertura del turismo interno en Jujuy: la iglesia cerrada, el techo cubierto y la preocupación dibujada en el gesto de los vecinos.

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