Un clásico reformulado con mirada femenina

Florencia Torrente asumirá esta noche “Señorita Julia”, una adaptación del clásico del dramaturgo sueco August Strindberg que podrá verse desde las 20 en vivo y por streaming desde la plataforma PlateaNet, con entradas que se podrán comprar por PlateaLive.

El montaje dirigido por Rocío Crudo, y con las voces en off de Fede Salles y Stephanie Petreky, prevé proyecciones y puestas de luz minimalistas para aportar potencia visual, acentuar las emociones y crear atmósferas de cercanía con el espectador. “Es una nueva forma de construir teatro en tiempos de aislamiento”, le dice la actriz a la agencia Télam, y remarca que el soporte elegido “genera una adrenalina muy grande porque todo es nuevo, nunca antes ninguno de nosotros lo hizo, y es muy hermoso a la vez”.

Torrente llega al texto de Strindberg tras su participación en Bailando por un Sueño y su labor en “Atrapados en el museo”, comedia pasatista que durante el verano se presentó en Villa Carlos Paz. “Si bien el teatro es eterno y hermoso, creo que el encierro nos invita a indagar en un montón de cosas y a preguntarnos de qué modo podemos transformar. Me parece muy interesante poder pensar qué podemos construir desde nuestro lugar y desde nuestra casa, buscar algo para expresar todo eso que tenemos dentro”, apuntó.

La obra es una tragedia escrita en 1888 y cuenta la historia de la hija de un conde que una noche decide celebrar la fiesta de San Juan junto a sus sirvientes, y en ausencia de su padre. “Es una de las obras más hermosas que leí. Cuando se presentó la oportunidad, pensamos que sería interesante poder hacerlo desde la perspectiva de Julia, qué sentía, qué le pasaba a ella. Es un personaje muy fuerte y muy poderoso y al que le suceden cosas muy intensas. La idea fue presentar esta nueva forma de contar la historia desde su lugar”, explica acerca de la versión de este clásico.

Torrente destaca que el proceso creativo fue “muy desafiante y más aún porque a nosotros se nos ocurrió armar una puesta también”. “Decidimos no simplemente leer el texto en el living de mi casa, sino armar un equipo en el cual me manden todas las herramientas para que yo pueda presentar una propuesta diferente, ponerle un plus y para ello hago entre siete y 10 videollamadas por día. El modo de trabajo es muy diferente, todos son nuevos desafíos”, añade.

A diferencia de otros colegas, no sufre la cuarentena: “la vivo como un nuevo aprendizaje, un modo de indagar e invertir en mí. Siento que todo se frenó como para que podamos también preguntarnos cosas y entender por qué pasan muchas de las cosas que pasan y cómo nos movemos en la vida más allá de que esta situación”. Sin embargo, reconoce que lo suyo es excepcional. “Es muy difícil para muchas personas, yo estoy muy agradecida de tener un lugar, alimento, de que puedo estar tranquila y aprovechar este tiempo para aprender, pero hay que ser conscientes de que muchas personas la están pasando muy mal y que es un momento muy difícil”, advierte.