¿Cómo actúa el efecto “Narciso” al mirarnos en el espejo?

Científicas de la Universidad Autónoma de Madrid llevaron a cabo el estudio a través del reconocimiento facial y electroencefalogramas.

16 Jun 2020
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AUTORRECONOCIMIENTO. Las personas sanas reconocen su rostro con mayor facilidad y más atención.

En un estudio que llevó a cabo un equipo de neurocientíficas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) se comprobó que el ser humano reconoce más rápidamente su propio rostro, antes que cualquier otro, a través de una especie de “efecto Narciso”, por el que retiene y captura la atención sobre sí mismo. El estudio fue aplicado mediante experimentos de reconocimiento facial y técnicas de electroencefalograma.

El equipo de investigación estuvo conformado por las científicas del grupo de Neurociencia Cognitiva de la UAM Elisabet Alzueta, María Melcón y Almudena Capillla, quienes contaron con la colaboración de Ole Jensen, del grupo de oscilaciones neurales de la Universidad de Birmingham.

Según un comunicado de la UAM, las científicas idearon un estudio con el objetivo de conocer qué mecanismos cognitivos se ponen en marcha en nuestro cerebro cuando percibimos nuestra propia cara.

Para realizar el estudio se utilizó la participación de diferentes personas que debían hacer una tarea de reconocimiento facial en la que debían identificar su cara, la de un amigo y la de un desconocido, con la mayor velocidad que pudieran. Al mismo tiempo, las especialistas iban registrando su rapidez y las reacciones del cerebro en cada intento. Todo eso fue a través de un sistema de electroencefalografía (EEG), con el que determinaron cuándo y cómo llegaba cada participante al reconocimiento.

Luego los resultados fueron publicados por la revista NeuroImage. Allí se pueden ver los hallazgos de las especialistas: las personas cuentan con una ventaja en el reconocimiento de su propia cara antes que a las demás, algo que puede atribuirse a los mecanismos atencionales que se ponen en marcha y que trabajan rápidamente sobre nuestro cerebro.

Mecanismos de atención

Lo que sucede cuando vemos nuestra propia cara, por ejemplo cuando nos miramos frente a un espejo o en una foto, es que se desencadena un “juego atencional en dos tiempos”.

En primer lugar, la atención dirigida sobre nuestro rostro propulsa el acceso en nuestra memoria a la información relacionada con nosotros mismos, lo que resulta ventajoso para el autoreconocimiento.

Luego, los recursos atencionales se “desplazan” hacia las áreas que se encargan específicamente del procesamiento facial. Esta acción funciona como un enganche atencional hacia el propio rostro.

Este rápido reconocimiento de nuestra propia cara tiene la capacidad de capturar nuestra atención y, además, de hacerlo durante más tiempo con respecto a los demás rostros que observamos.

Lo llamativo de este descubrimiento, según explicaron las especialistas, es que la mayor retención de la atención no se da por una cuestión de familiaridad con el rostro en cuestión, ya que no se observaron los mismo resultados en las pruebas que se hicieron con otras caras que también son conocidas por los participantes del estudio.

Se trata, por el contrario, de la relevancia visual de la imagen, al estar asociada directamente con el yo.

Como conclusión del estudio, se puede decir que, por lo menos a nivel cerebral, nuestro rostro no es una simple cara conocida más, sino que se procesa de manera única para nosotros.

Sucede entonces algo comparable al mito de Narciso, en el que el protagonista es atrapado por su propio reflejo por el amor que se tenía a sí mismo. Nuestro propio rostro captura y retiene nuestra atención, incluso aunque no nos demos cuenta.

El estudio guarda una fuerte relación con la psicología en las cuestiones del “yo”, algo que fue ganando cada vez más relevancia con el paso de los años a través del desarrollo de técnicas de neuroimagen.

“Sesgo hacia el yo”: el campo de la neuropsiquiatría toma cada vez mayor relevancia en el estudio del “yo”

Se comprobó que la información relacionada con uno mismo se procesa en el cerebro de manera prioritaria en las personas sanas, lo que se llamó el “el sesgo hacia el yo”. Aunque este sesgo se ve modificado si la persona sufre alguna enfermedad mental, como la depresión o la esquizofrenia. Este trabajo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) al estudio del yo desde una visión de la investigación neuropsiquiátrica, permitiendo saber si un cambio de los mecanismos atencionales podría estar relacionado con una patología psiquiátrica de las personas.

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