Yoga: cinco posturas para comenzar bien el día

Con la pandemia, la practica del yoga ganó nuevos adeptos, que se sumaron a las clases virtuales desde la comodidad de su casa.

23 Jun 2020

Así como algunos decidieron poner en pausa sus clases de yoga, otros, por el contrario, dieron el gran paso: la cuarentena, que invitó a hacer actividades nuevas, los incentivó. Por supuesto, se iniciaron en un momento especial, en el que la práctica de esta disciplina milenaria se mudó de los salones y de los centros de entrenamiento a las casas.

El domingo, coincidente con el solsticio de invierno, se celebró el Día Internacional del Yoga. El contexto de pandemia obligó a que los festejos, siempre multitudinarios y al aire libre, con cientos de personas congregadas, se trasladasen a internet. Es lo mismo que ocurrió con las clases.

ARDHA MATSYENDRASANA. Versión adaptada a silla. Torsión que permite que la columna tenga movilidad lateral y mejora la agillidad del movimiento.

“Ha sido un gran desafío para la actividad. Por tradición, por esencia, el yoga se imparte de un profesor a un alumno, pero las circunstancias hicieron que tengamos que cambiar”, explica el instructor Pablo Nadef, quien aportó para LA GACETA las cinco posturas para arrancar bien el día.

“Rápidamente adoptamos las clases virtuales para seguir dando las prácticas. En un principio con incertidumbre, pero después nos dimos cuenta de que es una gran herramienta y que, si el instructor usa las palabras y las imágenes adecuadas, cumplimos con el objetivo esencial: lograr conectarnos con nosotros mismos, mirar hacia dentro de uno y concentrarse en las emociones y en la respiración. Y lo hemos conseguido”, señaló.

UTTHITA HASTA PADANGUSTHASANA. Postura de equilibrio que permite sentir la gravedad y los movimientos originados en el centro del cuerpo.

En su caso, la mitad de los alumnos decidió continuar con el entrenamiento vía internet, y la otra mitad se quedó con las instrucciones que alguna vez les dieron, y lo practican solos en casa.

Diego Abella es también instructor de yoga y trabajaba en su estudio de Yerba Buena. Con la pandemia, lo cerró, finalizó el contrato de alquiler, y ahora imparte las clases desde su casa, de Lules.

URDHVA MUKHA SVANASANA. También conocida como “perro hacia arriba”, esta asana (postura) permite estirar en un mismo movimiento toda la cadena muscular posterior.

“Se sumaron muchos más alumnos que antes, los que estaban indecisos o los que no podían asistir al salón por falta de tiempo o por la distancia. La ventaja es que con la modalidad virtual, los alumnos pueden hacer la clase en vivo o tomarla en el momento que puedan, porque quedan grabadas”, ponderó Abella.

Para el instructor, los beneficios del yoga no se modifican con las clases virtuales. “Todo lo contrario. Creo que es una herramienta que se suma y que cuando podamos volver a las clases en salón o a domicilio, será una opción más. Es una alternativa más accesible en todos los sentidos: por el tiempo, las distancias, y por los costos. En mi caso, daba 15 clases semanales y ahora sólo dos, para la misma o más cantidad de alumnos”, finalizó.

Un remedio para la ansiedad

Uno de los efectos colaterales más intensos de la cuarentena fue la ansiedad, generada por el encierro y también por la tormenta de noticias que generan miedo e incertidumbre. El yoga se convirtió en la práctica perfecta para salir de esos estados. “Lo que buscamos principalmente en una clase de yoga es que la persona se conecte con el aquí y el ahora, lo que permite reducir la ansiedad y los temores por algo que nos dicen que podría pasar, pero que no está pasando. Eso estuvo y está muy presente en estos momentos”, explica el instructor Diego Abella. “Las emociones no son fáciles de controlar, pero la respiración sí. Entonces, con la respiración como herramienta logramos repeler esas emociones negativas, de una manera indirecta”, agregó.

UTTANASANA. Versión con expansión de pecho adaptada a silla. Estiramiento intenso de las piernas, los brazos y los músculos de la espalda.

Sabrina Hevia, instructora de yoga especializada en clases para niños, enseña en dos escuelas, en jardín de infantes y en primaria. “Lógicamente las prácticas se trasladaron a internet, pero ayudamos mucho a los chicos, que necesariamente absorben los miedos y ansiedades de sus padres”, explicó.

Hevia destacó que el yoga en los niños ayuda en múltiples aspectos, tanto físicos como mentales. “La práctica es maravillosa porque favorece la autoobervación, que los chicos sean capaces de detectar sus emociones. Y también los ayuda en la motricidad, en el equilibrio y en el contacto con el mundo exterior e interior. Como consejo, les he propuesto que armen su propio rincón de la calma, una especie de carpita con telas en algún lugar de la casa, donde instalarse cuando se sienten estresados”, detalló.

En primera persona

"Esta práctica del yoga ayuda a la instrospección y al conocimiento de uno mismo. Hace ocho años que lo practico. En el momento de la pandemia me ayudó muchísimo, por la instrospección, pero también porque la cuarentena ha sido una oportunidad para volver a la contemplación de la naturaleza, que tiene mucho que ver con la esencia de mi profesión", compartió Josefina Luna, diseñadora de indumentaria que trabaja con materiales amigables con el medioambiente.

"Mi actividad la complemento con yoga porqe me ayuda a mantener un equilibrio, y transitar una filosofía de vida en la que el consumismo no puede ser desmedido. Esta pandemia ha sido el momento adecuado para que la humanidad se detenga a pensar y que sea consciente del cuidado del planeta y del ser humano. Y yoga en eso contribuye muchísimo", destacó.

"Mucha gente debería experimentar estas actividades instrospectivas, como el yoga, pero no para quedarse sobre uno mismo, sino para después salir afuera siendo mejores que antes", propuso.

Comentarios