La realidad, si es sabrosa, supera la ficción

Esta noche se emitirá el último capítulo de “Bake off Argentina”, en pleno escándalo suscitado por la finalista Samanta Casais

05 Jul 2020
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FINALISTAS. Entre Samanta Casais y Damián Pier Basile hay mucho más que una torta para ganar el premio.

Hay un plan para remontar la depre del domingo a la noche: es a pura glotonería, con postres y tortas inalcanzables. A falta de goles se ve cómo se sacan los ojos los aspirantes a mejor pastelero amateur de “Bake off Argentina”. Y lo mejor de todo, sin agregar ni una caloría a la de por sí recargada ingesta de fin de semana.

Impactante, como el desenlace de cualquier culebrón tipo “Avenida Brasil”, es el final del reality show más exitoso del año, que se verá por Telefe Tucumán hoy a partir de las 22.30, conducido por Paula Chaves y con un jurado que integran Cristophe Krywonis, Pamela Villar y Damián Betular.

Esta noche Damián Pier Basile y Samanta Casais se pondrán los delantales -¿por última vez?- para luchar por lo alto del podio.

Final abierto

Si el programa tuvo desde el comienzo muy buen rating y legiones de seguidores en las redes, explotó al haberse revelado que Casais sería pastelera profesional, lo cual está en contra del reglamento del reality. El conflicto que maduró en Twitter redunda en excelentes resultados publicitarios y sólo aumenta la expectativa. Además el propio Telefe mandó al aire, al parecer por error, un tape donde se daba a entender el resultado final.

Es obvio que el episodio de esta noche no hubiera sido lo mismo sin el espectacular escándalo. A todo esto, como el ciclo fue grabado en 2019 ya hay un ganador que, por reglamento, cobraría el premio de $ 600.000 una vez que se emitiera el programa, pero podría no llegar a cobrar ese premio si falseó su declaración jurada. Todo depende de lo que resuelvan los productores Turner y Telefe.

Pan y circo

El reality se metió como formato en la pantalla de TV mundial en 2000. Gran Hermano significó el despegue de todo tipo de realities y talent shows. Lejos de haberse agotado como formato, mantienen su espacio en la grilla sumando adeptos, reinando en las redes sociales y en los portales del día después, que a falta de ficciones hacen foco en ellos.

Este 2020 raro para todos lo es también para la televisión nacional, que va descubriendo día a día cómo reformularse para capitalizar la atención de acuarentenados adormecidos por las plataformas de streaming.

La temporada empezó floja de ficciones, con sólo una tira de Polka, “Separadas”, que canceló grabaciones y que no volverá a la pantalla. Eso sí, la pandemia no alteró la emisión -sin barbijo y con poca distancia social- de los programas de chimentos e información de la mañana a la tarde, de juegos en prime time ni de realities shows por la tarde.

Desde el pionero, “Masterchef”, se sabe: los cocineros acechan en la tele con su relativa promoción de productos y platos típicos y con la elevación de la profesión de cocinero a la categoría de mago que en lugar de varita mágica esgrime cuchara.

Sin embargo la clave del éxito reside en los participantes, que al exhibir sus historias y sus personalidades cosechan identificaciones en la teleaudiencia. Claro que el conocimiento, la competitividad y la autoexigencia son los demás ingredientes que los convierten en fenómenos sociales. Y cómo no. No llegan a la pantalla de TV como estrellas sino como seres “comunes”, que quieren ser famosos y de última -y no tan importante- ganar el premio.

Todos los días

Hay otro reality de cocina exitoso, donde se encienden los fuegos de lunes a viernes desde las 16.30. “El gran Premio de la Cocina”, en su octava temporada, es el programa más visto en las tardes de El Trece.

En este caso se trata de comida de todos los días hecha por cocineros habilidosos y en equipos. La competencia pasa por cocinar platos por lo general sencillos, como una polenta con estofado o un flan con dulce de leche, que la rompan. Se trata de eso. Y de peleas entre los cocineros, chicanas entre los jurados y hasta de un promocionado flirteo entre la conductora y uno de los jueces. Que él después desmintió, claro.

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