Una prótesis innovadora le salvó la vida a Morita

La potranca nació con una malformación congénita. Pero un equipo tucumano buscó un camino alternativo para evitar la eutanasia.

12 Jul 2020
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RELACIÓN FILIAL. Morita podrá desarrollar una vida normal con su madre.

Cuando un potrillo o una potranca aterrizan en el mundo sólo tardan entre cinco y ocho minutos para ponerse en pie, y casi media hora para estabilizarse y poder caminar en las cuatro patas. Los primeros 30 días estarán pegados a su madre, caminarán donde ella los guíe. En la vida de los caballos esos primeros minutos son los que definen lo que vendrá.

Morita es hija de una yegua color ceniza, esbelta y de gran porte. Fue bautizada con ese nombre por don Jaramillo en un establo de Rosario de la Frontera, Salta. Tras el parto, la endeble potranca no lograba ponerse en pie: algo andaba mal con una pata trasera. Fue momento de consultar a veterinarios; todos dieron pronósticos poco alentadores para Morita. La mayoría recomendó la eutanasia o el sacrificio porque no podría caminar, ya que una de las patas no tenía el casco para asentar correctamente su cuerpo.

Desahuciado por los partes médicos, pero con mucha esperanza y firmeza de darle una opción más de vida a Morita, Jaramillo decidido subir yegua y potranca al tráiler de su camioneta y recorrer 140 kilómetros hasta el hospital de mascotas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de Tucuman, en San Pablo, donde lo atendió el veterinario Pablo Stagnetto. “Morita había nacido con una malformación congénita, un casco no se desarrolló y le faltaba una falange. Se intentó solucionar, pero como el hueso no existía la única alternativa posible era la amputación y colocación de una prótesis”, describe.

CIRUGÍAS. La potranca fue sometida a dos operaciones en un lapso de 21 días en la Facultad de Veterinaria de la UNT, hasta que le implantaron la prótesis especialmente diseñada para ella, con la cual puede mantenerse en pie.

“Nos pusimos a investigar y a recolectar información y descubrimos que en Tucumán no se había realizado nunca una operación similar. Puse en las redes sociales un estado buscando biomédicos que se sumen a la idea para darnos una mano, y se agregaron al equipo Clemente Paz Filgueiras, Andrés Godoy, María José García Cabello, Aníbal de Paul y Roberto Sánchez; algunos eran amigos entre sí y otros no se conocían. Los había unido la posibilidad de ser parte del equipo que realizaría esta primera experiencia en una potranca en la provincia. Nadie tenía conocimiento previo de esto, pero entre todos y todas nos pusimos a estudiar, investigar y diseñar este prototipo de prótesis. Tomamos de referencia a un veterinario uruguayo, Jose Berocay, pionero en el tema que ya cuenta con casi 77 operaciones de amputaciones, de las cuales sólo dos fracasaron. Por la pandemia y aprovechando la educación digital, pudimos tomar charlas virtuales para profundizar en el tema”, describe.

La solución demandó dos pasadas por el quirófano: “en la primera operación se corta la pata del animal y se coloca la primera prótesis mientras se va cicatrizando la herida; en la segunda, después de 21 días aproximadamente, se coloca la prótesis definitiva que apoya en el muñón ya cicatrizado”.

El valor agregado de este tipo de cirugías es poder darle una oportunidad de vida a estos animales, ya que casi el 90% es sacrificado cuando sufre un daño en alguna de las patas. “Esta experiencia se puede aplicar en diferentes casos: para preservar ejemplares y reproducir su linaje al congelar semen en machos; y en caso de las hembras pueden ser donantes de embriones. Será un gran paso en reproducción de estas especies en el NOA. También están los dueños, que tienen una relación sentimental con un animal que de esta manera puede seguir viviendo antes de llegar a la eutanasia”, plantea Stagnetto, quien también menciona a Antonio Ibarreche, Soledad Melhem, Matías Alvarado y Alfredo Martín entre los partícipes de la experiencia inédita.

“Estas operaciones nos ayudan a trabajar en el hospital con nuevos desafíos. Estaríamos brindado una solución concreta con una operación que fue programada con mucho tiempo. Pero la mayoría son urgencias: normalmente son fracturas o quebraduras que requieren ser solucionadas en corto plazo -explica-. Trabajando en equipo y con dedicación completa podríamos producir una prótesis en el día. Este prototipo se imprimió en 10 horas en una impresora de 3D, y luego lleva trabajo de tornería para su acabado. Nos entusiasma poder ser pioneros en este tipo de operaciones en una provincia con una larga tradición equina”.

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