“Se necesitará la mano del Estado, bajando el costo impositivo”

La economía plantea una de las salidas para alentar la producción.

26 Jul 2020
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OBJETIVO. Según Giarrizzo, el Gobierno necesita un programa antiinflacionario para generar certidumbre.

La pandemia del coronavirus no sólo a puesto a la salud de la sociedad entre la espada y la pared, sino también a su economía. La Argentina viene arrastrando una recesión que torna más difícil que otros países proyectar el futuro y la salida para su economía. La mayoría de la población ha tomado a la crisis de 2001/2002 como una referencia para estimar cuál puede llegar a ser la profundidad del problema. Sin embargo, la economista Victoria Giarrizzo, advierte que ni la situación mundial ni el consumo interno posibilitarán la recuperación, como sucedió hace 18 años. Por esa razón, durante la entrevista con LA GACETA, la directora del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX) señala que será el Estado el que deberá hacer un esfuerzo mayor para reducir los costos productivos y, de esa manera, frenar el cierre de más empresas.

-Hace un par de meses planteabas un escenario en el que, sin default y sin segunda ola de coronavirus, el PBI podría llegar a caer 10,5% a precios constantes ($ 2,8 billones a precios corrientes). ¿Se sostiene ese esquema o cambió?

-Se modificó levemente por la extensión de la cuarentena sobre todo en la región AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), donde todavía muchas industrias y comercios no pueden abrir. En el interior, y sobre todo en las ciudades sin casos, la actividad volvió casi a su normalidad. El problema es que aún así, el consumo no se recupera. Mirando sector por sector, estamos estimando una caída de 11,5% en el PBI este año. Hay que tener en cuenta que con las familias endeudadas, los chicos sin clases, la población adulta que aún donde hay cuarentenas más flexibles sale muy poco, el consumo es muy bajo y eso afecta a toda la cadena comercial y de producción. Hay algunos sectores aislados como alimentos y bebidas que lo sienten menos, sobre todo los supermercados, pero no así los almacenes más chicos.

-¿Qué diferencias y qué similitudes pueden existir respecto de la crisis de fines de 2001/2002?

-En aquel momento la economía no se paralizó. La gente se las rebuscó para sostener el consumo, fue el nacimiento de toda la economía social que tenemos hoy. Pero lo más importante es que desde fines de 2002, comenzaste a recibir el impacto de los altos precios de las commodities que argentina era productora y exportadora. Hoy ese escenario no lo vas a tener, e incluso el mundo va a finalizar el año con una fuerte recesión. No van a ser las exportaciones las que traccionen la recuperación interna. Personalmente creo que sin esa locomotora y con un mercado interno más chico y quebrado, para que las empresas no mueran y el empleo no se vea más afectado, se va a necesitar de la mano del Estado bajando costos al sector productivo. El costo impositivo es uno de ellos; deberá trabajar en cómo reducir los costos burocráticos y cómo forzar a los bancos a bajar los costos financieros, entre otros. Además tendrá que ser muy prudente en qué sectores productivos se eligen apoyar. Si apoyas los que dependen de insumos importados vas a tener un problema de pérdida de dólares e inflación.

-“Aún no se sabe cuál es el plan que quiere llevar adelante el Gobierno, por ahora se concentró exclusivamente en los temas de salud y la deuda”. ¿Alberto Fernández tiene un plan o no?

-Alberto Fernández dijo que no es partidario de los planes económicos; eso nos lleva a pensar que no hay un plan. En el fondo lo importante en sí no es tener un plan, sino un rumbo y ese rumbo está bastante claro en lo social, pero no en lo productivo. En lo social no van a dejar a la gente en banda, van a ayudar y subsidiar lo que sea necesario. Pero si no reactivan la producción, eso será insostenible brevemente. ¿Si hay un programa, plan o rumbo en ese sentido? No se ve. Solo se ven ministros y funcionarios atendiendo la emergencia actual.

-La actividad experimentó en abril una caída del 26% y en mayo del 20%. ¿Cómo se hace para revertir estos porcentajes? ¿Hay chances de que el rebote sea rápido y prolongado?

-Depende que entendamos por rebote rápido. Si el gobierno no atiende la oferta y piensa que solo inyectando dinero para consumo en los sectores más vulnerables la economía va a salir rápido de este enrollo, eso no va a suceder. Lo primero es bajar costos para evitar mas cierres de empresas, y lo segundo es promover por ejemplo obras públicas pequeñas donde uses empresas más chicas para esos desarrollos y mano de obra local, para mejor las condiciones sanitarias de los barrios populares, el déficit habitacional, escuelas, centros de salud, calles.

-La inercia inflacionaria se mantuvo a lo largo del confinamiento. ¿Puede que se despierte en el corto plazo? ¿Qué sucederá este año con los precios?

-No se mantuvo porque tuviste la mayoría de los sectores sin precios de referencias. Solo el sector de alimentos y bebidas se movió, pero también limitadamente porque tenías mucho control del gobierno con los precios máximos y los precios cuidados. Este año la inflación difícilmente supere el 40%. Hay costos que van a bajar o se van a mantener, por ejemplo, alquileres de locales comerciales, colegios, servicios en general, y hay otros que se van a mover como textiles, calzados, productos electrónicos. Pero en esos productos dependerá mucho de lo que sucede con el dólar importación. Aún así, el Gobierno necesita un programa anti inflacionario para generar certidumbre. Por ejemplo, alentando la sustitución de importaciones de sectores que son altamente demandantes de piezas y partes importadas.

-¿Cree que los empresarios tomarán más en cuenta el comportamiento del dólar informal que el oficial a la hora de fijar precios?

-No está sucediendo eso en este momento; supongo que porque la demanda es tan baja que el empresario prefiere vender y no subir precios por expectativas futuras como sucedía el año pasado o en otros períodos similares. Eso por ahora.

-¿Cuál es el nivel de endeudamiento actual de las familias? ¿Cómo se hace para abandonar este estado de obligaciones acumuladas?

-En junio cada familias acumulaba en promedio deudas bancarias por $ 148.000. Acá hay que tener en cuenta que de pronto las deudas hipotecarias te tiran para arriba el promedio. A su vez, las deudas no bancarias promediaban los $ 62.000 por familia. Esta deuda es una de las que más preocupa porque es la típica deuda que se produce por falta de ingresos para estructuras de gastos que todavía no se pudieron acomodar.

-¿Cuál es el perfil de endeudamiento de las familias argentinas?

-La mayor deuda acumulada son impositivas, unos $ 185.000 en junio, seguida por la deuda por servicios como luz, gas, cable, esa deuda llegó a $ 165.000. Tenemos 11,9 millones de hogares que deben algo, ya sea colegio, amigos, prestamistas, comercios, entre otros. Esa situación es grave, porque cuando se normalice la situación de las familias, antes de salir a consumir productos o servicios no esenciales, van a cancelar o achicar esos pasivos.

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