Cómo cambian la vida las mascotas

30 Jul 2020
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TUCUMÁN.- 

Pérdida y encuentro: un gatito recuperó la alegría de la familia que había perdido su perrita

Aurora Ahumada tenía una perra salchicha que los acompañó durante más de 10 años. Falleció en medio de la cuarentena. Toda la familia se puso muy triste. “Al poco tiempo encontramos un gatito, que estaba tirado a la orilla de la ruta, un día de lluvia, todo mojado. Era muy pequeño. Lo trajimos a casa para cuidarlo unos días y darlo en adopción, pero no pudimos. Dante se quedó en casa -cuenta-. La verdad es que nos llenó de alegría en los días de encierro. Todos estábamos pendientes de las monerías del gato. Justo él vino cuando perdimos a nuestra perrita... Quizás eso fue que nos aferramos tanto a él”.

De la calle a la casa: Fulvio le buscó una compañera a su mascota

Fulvio Rivero decidió adoptar a una perrita callejera en pleno confinamiento. Aunque en su caso fue para que le hiciera compañía a su mascota. “Tengo otro perro -también adoptado de la calle- y estando todo el tiempo con él durante la cuarentena me di cuenta de que se aburre mucho solo. Así que le busqué una compañera para que se entretengan un poco”, detalla.

Por casualidad: Rulo estaba destinado a su hermana, pero se quedó con ella

Lucía Sobrevilla terminó adoptando un perro por pura casualidad. “Me puse en campaña de adoptar un perrito para regalarle a mi hermana. Ella estaba deprimida porque su mascota había fallecido hacía ya unos meses. Buscando, encuentro un perrito bello, muy chiquito. Lo habían encontrado en la calle. Cuando se lo mostré por fotos a mi hermana le gustó, pero había un problema, ella quería hembra y al final no quiso al pequeño. Entonces hablé con el administrador del edificio donde vivo y me aceptaron tenerlo -relata-. Fue muy bueno que haya llegado justo en la cuarentena. Yo trabajo desde casa y me hace mucha compañía. Rulo nos alegró a toda la familia”.

Estaba abandonada: la criaron con biberón y hoy es la “dueña” de casa

Ricardo Gómez Madrid también adoptó una perra en cuarentena. Se llama Malliká. “Me la dio un amigo muy querido que la recogió muy chiquitita, abandonada en la calle. Cuando él la llevó a su casa ni siquiera podía caminar porque era muy pequeñita. Él, su esposa y su hija de siete años la criaron a biberón y me la dieron cuando tenía 90 días de vida, hace un mes”, detalla. “Malliká se hizo dueña de mi casa y tiene la gentileza de permitir que viva con ella. Es indisciplinada, desordenada, libre de horarios, muy juguetona y espontánea; debe ser que necesitaba esa desestructura pero la verdad es que me hace mucho bien que esté en casa”, confiesa Ricardo.

Si vas a adoptar, tené en cuenta:

NO ES JUGUETE.- Si bien darle un hogar a un animal es una decisión de amor, hay que hacerlo con conciencia. Las mascotas deben ser tratadas como un miembro más de la familia, no son un juguete con el cual divertirse y luego confinar al fondo de la casa, de la terraza o del balcón. Esto suele suceder en muchos casos y es el preludio de males mayores.

TIEMPO.- Es más que necesario plantearse contar con el tiempo para dedicarle al animal. Tanto perros como gatos, en diferente medida, requieren atención y cuidados, paseos, alimentarlos y juegos. Responsablemente tenés que pensar si tu rutina se adecua a los cuidados y atención que requieren. No se puede convivir con ellos y, a la vez, ignorarlos.

ESPACIO.- ¿Vivís en un edificio? ¿Aceptan mascotas? ¿Vivís una casa con patio? ¿Tenés jardín? ¿Hay algún espacio verde cerca de tu casa? En estas preguntas tenés que apoyarte y adecuar el tamaño del animal que vivirá con vos. Si tu casa es chiquita, es recomendable adoptar un gato o un perro de tamaño mediano o pequeño, o bien un perro anciano de más de 10 años.

RECURSOS.- La atención veterinaria, alimentos, medicamentos, pipetas y estadías mientras estás de vacaciones cuestan dinero. Pensá si podés afrontarlo económicamente.

PACIENCIA, TOLERANCIA Y AMOR.- El tip más importante es reflexionar si estamos preparados para esto. Los animales tienen necesidades, a veces se comportan mal, pueden romper cosas o ensuciar la casa. Necesitan recibir mucho amor y cuidados, deben ser tratados como un miembro más de la familia, ya que te acompañarán durante varios años de tu vida. Por todo esto, adoptar una mascota representa un compromiso de largo plazo.

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